Descubriendo la circular del Cid
Por: Ramón García Pereira
Partiremos desde la Xabola del Forestal por una senda que nace a
la izquierda del camino, donde terminan los bancales de Pla i Pito.
Pero antes de comenzar, no debemos olvidar coger una pequeña piedra
que nos acompañará durante la subida. El sendero en su parte
inicial transcurre paralelo a la pista norte, entre pequeños pinos y
un interesante espartal, para adentrarse más adelante en unos
bancales de olivos con algún ciprés intercalado y donde al parecer
a principios del siglo XX existía la tradición de acudir allí a
tomar la mona de Pascua.
En apenas 10 minutos llegamos al apartadero
de la pista, desde donde tomaremos el sendero que nace a la izquierda
y que sube a un mirador. Desde aquí se puede observar las dos caras
de la geografía del valle. Al noroeste, el lado de la civilización,
con sus urbes, fábricas y centros comerciales; en la otra cara, la
sureste, vemos la naturaleza, con los impetuosos cantiles de la
Silla del Sit, su bosque de pinos, carrascas, enebros y coscojas.
Después de una pequeña reflexión sobre este contraste de
realidades retrocedemos por la misma senda hasta el apartadero y
continuamos nuestro itinerario, por el ahora sendero y antaño camino
de carros que conectaba a través del Collado de Benissa las casas
del Cid con la partida de la Almadrava.
Descendemos hasta la Cova de
Frescoreta, y continuamos por el sendero que sale justo desde el
extremo izquierdo de la cueva y sube poco a poco hasta conectar de
nuevo con la pista norte, justo en la parte que fue hormigonada en
1998. Desde aquí, echando la vista atrás, podemos divisar una peña
que sobresale por encima de la repoblación en terrazas de pinos
carrascos, el Puntal del Ginebre, donde se conservan los restos de un
poblado de la Edad del Bronce, datado del II milenio antes de Cristo.
Desde este emplazamiento, nuestros antepasados tenían un amplio
control visual sobre toda la comarca del Medio Vinalopó y podían
comunicarse con los otros puestos de vigilancia de Mirabuenos y el
Alt de Perrió. Subiremos por la pista norte dos curvas, hasta un
llamativo pino plantado desde donde nace el sendero que nos lleva
primero al Aljub del Sit y después a la majestuosa y encantadora
Cova Perico, con unas llamativas madreselvas y un gran enebro a su
entrada.
Bajaremos por el sendero de nuevo a la pista y la
continuaremos esta vez en sentido a Petrer hasta la primera curva
cerrada, donde un mojón de piedra nos anuncia el sendero
popularmente conocido como ‘La radical del Cid’, que comienza
zigzagueando entre un pequeño canchal, pasa por encima de la Cova
Perico y rápidamente va ascendiendo por la Ombria del Mestre, con
unas magníficas vistas de muchos rincones emblemáticos de nuestro
entorno. Toda la senda está perfectamente indicada por mojones de
piedra, ¡pero cuidado!, cuando lleguemos junto a la pared del Sit
giraremos a la derecha, pues a la izquierda el sendero nos conduce a
la conocida “vía de escape” de la Ferrata ‘La Norte del Cid’.
Unos metros más adelante encontraremos cuatro grapas de hierro que
nos ayudarán a trepar un pequeño obstáculo, y en apenas 10 minutos
estaremos en la cumbre, terminando nuestro sendero justo en el gran
mojón de piedras del Sit, donde la tradición petrerense nos animará
a depositar la piedra que nos acompañó toda la subida. Aprovechemos
para divisar la costa y el no tan lejano mar Mediterráneo. La bajada
la iniciaremos por el concurrido PR-CV-36 en dirección a Petrer,
recuperado en su trazado original en 1995 gracias a los trabajos de
mejora del colectivo Acció Ecologista Tarai que intervino con la
intención de reducir los graves problemas de erosión que empezaban
a hacerse patentes por la proliferación de atajos y la masificación
de senderistas.
Seguiremos este sendero hasta la Penya del Sol, donde
a mano izquierda comienza el popularmente conocido ‘Sendero de les
Penyes del Sol’, cómo no, indicado por un mojón de piedra. Esta
senda nos bajará, esta vez más suavemente por la cara Sur, muy
frecuentada por los arruís, hasta la pista asfaltada de Els
Xaparrals. Desde aquí nos dirigiremos hacia el llamativo Pouet del
Pi de l’Aire y desde aquí cogeremos la antigua senda que recorría
Els Xaparrals antes de la construcción del camino asfaltado y que en
apenas 15 minutos nos conduce a nuestro lugar de partida. Un bonito
recorrido que, con calma, nos llevará tres horas.