Las plantas medicinales de Petrer en un libro de Pedro Luis Rico
El petrerense, Pedro Luis Rico Cerdá, presenta su segundo libro
dedicado a las plantas medicinales que podemos encontrar en Petrer.
Ha editado 200 ejemplares y estará a la venta en quioscos,
herbolarios y algún comercio colaborador
El petrerense, Pedro Luis
Rico Cerdá, agente de la Policía Local de Petrer, amante del medio
ambiente y autor de un manual sobre contaminación acústica,
presentó el pasado lunes su segundo libro titulado “Petrer,
plantas medicinales de nuestro entorno”.
El acto tuvo lugar en
Restaurante Sucre y le han acompañado dos amigos y compañeros de
profesión, Fermín Bonet, autor del prólogo, y Mariano Romero quien
dijo de Pedro ser su maestro y hermano. Pedro Luis Rico comentó que
la idea de recopilar todos los conocimientos que tiene sobre plantas
medicinales, adquiridos desde pequeño de su abuela, padre o tía,
surgió hace veinte años, aunque fue su también amigo y compañero,
José Luis Lledó, quien lo animó a publicarlo con el objetivo de
que ese legado que a él le habían dejado no se perdiera y fueran
las futuras generaciones quienes pudieran disfrutarlos y utilizarlos.
En él aparece información útil de 58 plantas aunque asegura que se
han quedado muchas que no ha podido incluir, y entre todas ellas
destaca tres por sus cualidades y características, el ajo, la hierba
de San Juan con propiedades cicatrizantes y antidepresivas que crece
en la zona de Catí, o el diente de león como digestiva y
antibiótica. No obstante, Rico Cerdá ha subrayado que en ningún
caso, las plantas medicinales deben ser sustitutivas de la medicina
cuando se trata de dolencias graves, recomendando acudir siempre a
los médicos y especialistas.
Pedro ha añadido sentirse contento y
satisfecho y anunciaba que probablemente haya una segunda parte. Por
su parte, Mariano Romero destacó la figura polifacética de su amigo
Pedro y lo mucho que había aprendido de él cuando con 21 años
ingresó en el cuerpo de la Policía Local de Petrer.
Finalmente,
Fermín Bonet, comentó que la publicación no era un libro de
lectura sino de consulta, de fácil manejo, presentación bonita y,
en definitiva, un gran trabajo por el que debía felicitar al autor y
a todas las personas que habían colaborado en él.