Contra la polilla y la mosca del olivo
La sección “Què plantem” está dedicada esta semana a
combatir la polilla y la mosca del olivo que afectan ambas a la
aceituna.
Para prevenir o acabar con estas dos plagas les ofrecemos
algunos consejos. La generación carpófaga de la polilla o prays
oleae ataca al fruto, es la más dañina y es muy recomendable su
control. El período crítico comprende desde que el fruto tiene un
10% de su tamaño final hasta que se endurece el hueso. La lucha
contra esta plaga consiste en observar cada tres días una muestra de
100 aceitunas. Cuando se alcance el umbral de 20% de aceitunas con
puestas y haya eclosionado el 20% de ellas, se deberá realizar el
tratamiento.
Es importante que el pH del caldo sea 5 y que no se
supere el pH 5,5. Se tratará con productos como el Dimetoato, fosmet
(uso protegido) o lambda-cihalotrin. En cuanto a la mosca del olivo o
bactrocera oleae indicar que es muy importante realizar trampeo
masivo en las parcelas de olivar como complemento a otras medidas de
control. Se recomienda utilizar el llamado “Mosquero Olipe”,
alternativa económica en botellas de plástico de 1,5 litros en las
que hacen 4 agujeros, de 1 cm de diámetro y se llena hasta unos 4 cm
por debajo de los agujeros con disolución de agua y fosfato
biamónico técnico al 4%. Las trampas se cuelgan a la altura de la
vista en el interior del olivo porque retrasan la evaporación.
Cuando la trampa se sature de insectos hay que cambiarla. Se puede
empezar a aplicar en junio con una dosis de 10 trampas por hectárea
distribuidas homogéneamente. No obstante, si hay olivos más
tempranos intercalados se deberían poner preferiblemente en éstos,
siempre guardando la equidistancia entre plantas. Antes de llegar a
la receptividad del fruto se duplicarán las trampas.