El mildiu de la viña
El mildiu de la vid es una enfermedad ocasionada por el hongo
“Plasmopara vitícola” que si las condiciones meteorológicas le
son favorables y no existe una protección adecuada del viñedo causa
daños importantes.
En teoría para que se produzca la primera
contaminación del mildiu se tiene que cumplir la conocida regla de
los “Tres Dieces” que implica que la longitud de los brotes sea
mayor a diez centímetros, que las precipitaciones sea igual o mayor
a 10mm durante 1 o 2 días consecutivos y que la temperatura media
superior sea de 10º C. Además, tiene que detectarse en el ambiente
oosporas maduras del hongo, condición que se produce en mayor grado
los años en finales de inviernos húmedos y cálidos.
Desde la
Cooperativa Agrícola de Petrer se aconseja realizar un tratamiento
fungicida cuando se produzca la regla de los “Tres Dieces” y
mantener la protección del viñedo mientras continúen las
condiciones meteorológicas favorables al desarrollo de este hongo.
Además, se recuerda que se puede adoptar la estrategia de esperar a
tratar en el momento en que se observa la primera mancha de aceite
aunque esta técnica requiere vigilar atentamente la parcela y actuar
con mucha rapidez con un producto sistémico.
No obstante, el técnico
agrícola de esta entidad agraria, Nuria Cerdán, puntualiza que,
independientemente de las condiciones meteorológicas, siempre es
recomendable realizar un tratamiento fungicida al inicio de la
floración con el fin de proteger los nuevos órganos en formación
ya que en ese momento la viña presenta un rápido crecimiento de las
partes verdes.
Como este hongo tiene facilidad de resistencia ante
los productos sistemáticos se recomienda no realizar más de tres
tratamientos en la misma campaña. Además, no hay que olvidar que
aunque este tipo de productos tiene buena acción de parada, los
mejores resultados se obtienen cuando se utilizan de forma
preventiva, es decir, antes de producirse la contaminación del
hongo.
También, recordar que, sea cual sea el producto utilizado, es
importante mojar bien todos los órganos verdes de la cepa así como
utilizar las dosis y volúmenes de gasto de caldo aconsejados por la
casa comercial
Asimismo, también se recomienda no labrar la tierra
durante el periodo de floración y realizar la práctica de la “Poda
verde” para facilitar la aireación de los racimos y que el
plaguicida llegue con mayor facilidad a los órganos a proteger.