El escudo del conde
La heráldica es reconocida como una ciencia auxiliar de la
historia que, mediante la descripción y estudio de los símbolos
reflejados en el blasón, nos permite identificar al titular, es
decir, al señor o noble que detenta las armas en cuestión”.
Concha Navarro (1997)
En la fachada principal de la iglesia parroquial de San Bartolomé,
Apóstol, justo encima de la puerta, se colocó durante la
construcción del templo -a partir de 1779-, el escudo heráldico de
Francisco Javier Arias Dávila Centurión (1751-1783), IX conde de
Puñonrostro, IX conde de Elda, III marqués de Casasola, VIII conde
de Anna, VII marqués de la Noguera, Grande de España y señor de
Petrer entre otras poblaciones.
Atendiendo a la única investigación existente sobre el escudo,
que realizó la arqueóloga Concha Navarro en 1997, el conde firmó
una concordia con el obispo de Orihuela, Joseph Tormo, para que
anualmente el noble colaborara en el mantenimiento de las iglesias
parroquiales de Elda, Petrer y Salinas. Fruto de este compromiso es
su contribución a la construcción de la nueva iglesia de Petrer que
quedó plasmado a la vista de todos los vecinos y vecinas con la
colocación de su blasón en la fachada principal, recayente a la
actual plaça de Baix.
El escudo presenta una ornamentación recargada propia de finales
del siglo XVIII, ya que está colocado sobre un manto representativo
de la grandeza de España que sale de la corona de la que se
conservan la mayoría de los florones y recogido a ambos lados con
dos lazadas. Bajo la corona, en el centro y sobre el escudo, asoma un
animal salvaje que podría interpretarse como un lobo o un oso. Otros
adornos externos sinuosos bordean el escudo por los lados y la parte
inferior.
El mismo aparece cuartelado con escusón -o sobrescudo- central
donde están representadas las familias nobiliarias que entroncan en
el actual conde de Elda. El primero y tercer cuartel o cuadrante
corresponden al linaje de la familia Coloma y Calvillo. El segundo
cuadrante a la familia Borja, destacando el motivo del toro, y el
cuarto cuadrante al linaje de los Corella, representado por una
campana. El escusón representa el blasón de los Arias, Dávila,
Centurión y Croy. Todas estas casas nobles tienen emblemas y
elementos iconográficos característicos que confieren al escudo un
importante valor histórico y artístico.
Para terminar, hay que decir que el escudo es bien de interés
cultural (BIC), la máxima figura de protección existente en la
legislación española, teniendo un aceptable estado de conservación,
a pesar de la erosión propia de los efectos atmosféricos y de haber
perdido prácticamente todos los florones de la corona.
Invitamos a los lectores y lectoras de El Carrer a entretenerse
unos minutos observando el escudo para que puedan apreciar en toda su
importancia sus detalles y simbologías.
NAVARRO POVEDA, C. (1997):
“El escudo heráldico del conde de Puñonrostro, señor de
Petrer”, Revista de Moros y Cristianos, Unión de Festejos San
Bonifacio, Mártir, Petrer.