Agua para todos
R. Guillén / Durante muchos años (siglos) el agua de la Mina de Puça que
salía caballera -sin necesidad de molinetas ni motores- fue capaz de
mover siete molinos, alimentar la Bassa Fonda y de allí regar las
abundantes huertas de las partidas de la Canal, el Campet, el Guirney
y L´Almafrá. Incluso los sobrantes hicieron crecer mucha vegetación
y dar nombre a la partida rural del Riu. La perforación realizada en
el año 1966 y posterior sobreexplotación del pozo del Esquinal secó
el abundante manantial.
Como consecuencia de ello se produjo un grave
conflicto que duró años entre la Comunidad de Regantes, la
Cooperativa Sindical de Regantes y el Ayuntamiento.
Unas generosas lluvias acaecidas en el año 1987 hicieron que
brotara de nuevo pero los intereses de la asociación de regantes que
vendieron de manera indiscriminada el preciado líquido que se
extraía cada vez a más profundidad agotaron nuevamente la Mina.
La
Comunidad de Regantes del Esquinal da servicio a poco más de
ochocientos usuarios situados principalmente en las partidas rurales
de Puça, Pepiosa y L´Almadrava.
La negativa hace unos años de la Comunidad de Vecinos de la
partida de Aiguarrius, propietaria de un buen tramo de canalización,
a que el caudal procedente del Esquinal desaguara, a cambio de unos
importantes ingresos, en los depósitos de Aguas de Alicante para su
comercialización, atajó la sobreexplotación.
Esa drástica medida
provocó que el gran lago subterráneo de 13 kilómetros cuadrados se
llenase otra vez y comenzase a rebosar de nuevo hace aproximadamente
un lustro.
El caudal de la Mina de Puça es totalmente gratuito y el
mantenimiento de la canalización prácticamente también. Se trata
de un bien municipal que muchas poblaciones quisieran tener y que
aquí, inexplicablemente y paradójicamente, se pierde en su
totalidad sin aprovechamiento alguno.
Da pena ver la balsa de Cuatro
Vientos totalmente vacía cuando a doscientos metros pasa un gran
caudal de agua. Incluso en el supuesto -poco probable ya porque se ha
evitado la extracción excesiva- de que el nacimiento del acuífero
se agotara, el Ayuntamiento tiene derecho de manera gratuita a 430 m3
diarios del pozo del Esquinal.
Los jardines y zonas verdes de la población se riegan con agua
clorada, una barbaridad desde todos los puntos de vista.
Ocurre lo
mismo con muchas parcelas de la antigua huerta (Almafrá) que se
alimentan del agua procedente del pequeño lago del Parc 9 d´Octubre.
Los estudios llevados a cabo por técnicos especializados señalan
que la Mina de Puça constituye una especie de aliviadero del gran
depósito subterráneo existente bajo la Serra del Cavall y sus
inmediaciones. Esta circunstancia provoca que el caudal que sale
dependa de las lluvias generalizadas y no solamente de la
pluviometría que se produce en el territorio petrerense.
El agua que
mana ahora es tal que la canalización es incapaz de absorberla toda
y se escapa a borbotones por las arquetas situadas casi en la
bocamina. Como es lógico, en periodos de pocas precipitaciones el
caudal disminuye. Se estima que el gran “depósito” subterráneo
tiene una capacidad de almacenaje entre 25 y 30 hectómetros cúbicos
y que su recarga natural es de un hectómetro cúbico al año.
Un
ejemplo comparativo: el pantano de Amadorio situado en La Vila Joiosa
puede almacenar 16 hectómetros cúbicos, el de Guadalets 13 y el de
Beniarrés 27, una cantidad similar al que tenemos en el subsuelo de
Petrer.
Si no se produce una extracción excesiva del Esquinal, el agua de
la Mina de Puça puede dar servicio y contentar también a todos. Hay
y dicen que habrá agua para regantes, servicios municipales y
amantes de la naturaleza que quieren disfrutar del especial
ecosistema en el que se ha convertido el Barranc Fort y buena parte
de la principal rambla petrerense. En definitiva: para los servicios
públicos del pueblo, para los regantes y también para los
ecologistas y defensores del medio ambiente. Bien es verdad que será
variable y estará en función de las precipitaciones de nuestro
entorno.
AGUA A BORBOTONES
Luis Villaplana Payá, es un enamorado de la naturaleza, se ha
recorrido estos días prácticamente todos los nacimientos de nuestro
término municipal y los ha documentado con imágenes y algunos
datos.
Al margen de la mina de Puça, ha comprobado que la mina de la
Bienvenida, situada muy cerca de la que nos ocupa en la parte baja de
la Gurrama ha vuelto a brotar. Sus aguas alimentaban la balsa de
Cuatro Vientos poco después de vadear la rambla por el cauce de la
Canal de Ferro.
Muy cerca del nacimiento de Caprala, por la rambla,
vuelve a discurrir el preciado líquido y lo mismo ocurre en el
Rincón Bello. Por el canalillo que va hasta la pared del Pantanet y
después a la Gurrama pasa la misma de siempre. Sin embargo, por la
mitad de la pared del antiguo pantano sale a borbotones. Este hecho
delata que el subsuelo de los bancales que se “apoderaron” del
lugar donde se almacenaba hace siglos el agua está lleno. Es tal la
cantidad que sale que la rambla de roca se ha convertido en río y
sirve de afluente de la de Puça.