De Clots i Barrancs per la Serra del Maigmó (2ª parte)
Elías Bernabé / Retrocedemos y seguimos hacia arriba por el mismo camino que hemos
bajado. Tras cruzar los barrancos, a poco tomamos una bifurcación a
la derecha que ya vimos cuando descendíamos. Cuando llegamos al
cruce con la rambla tenemos dos opciones, seguir el camino o torcer
rambla arriba. No abandonamos el camino que nos llevará hasta una
casa, la d´Enmig. Lo bordeamos por las rústicas escaleras
habilitadas a su derecha y por detrás seguimos un camino que nos
llevará, en escasos minutos, hasta un rincón inimaginable, uno de
los nacimientos de L´Exau.
Lo abandonamos cruzando el bancal yermo
que nos llevará rambla abajo. A poco de cruzar el camino por el cual
hemos subido, pasamos por otro nacimiento, con balsa incluida y torre
metálica, con molineta, para elevar sus aguas, las cuales manan a
modo de lo que por aquí conocemos como mina. De él salía una
acequia, ahora abandonada, por debajo de la cual pasaremos nada mas
enlazar con la senda que nos llevará rambla arriba.
Pronto
tropezaremos con un Land Rover destrozado sobre un camino ahora
inexistente, pues el abandono de las tierras conlleva que las lluvias
hayan abierto enormes zanjas. Tras un corto ascenso por el barranco,
enlazamos con una amplia pista forestal. Doblamos a la derecha.
Siempre en sentido ascendente. La pista, zigzagueante, discurre
inmersa en la densa umbría de pinar del Barranc de L´Exau, con la
enorme y puntiaguda pared de la cara oeste del Maigmó presidiendo, a
nuestra derecha y frente. Conforme ascendemos cada vez que el zigzag
nos encara la mirada hacia el suroeste, se va ampliando la
perspectiva que vislumbramos, con el Clot de Manyes, Rasos de Catí y
Sierra del Cid en primer término.
La pendiente del camino aumenta
conforme avanzamos. Desnivel que se hace más acusado cuando estamos
a mitad de la subida y acabamos de pasar junto a un abrevadero,
inutilizado, que veremos al lado derecho. Llegados al collao
encrucijada de caminos. Senda en ascenso a ambos lados y pista en
descenso al frente. Ascendemos por la senda de nuestra izquierda.
Senda adelante habrá que acometer una fácil y cómoda trepada, en
las rocas del Maigmonet, para luego descender de forma pronunciada, e
iniciar un nuevo ascenso, muy empinado, hasta la caseta de
vigilancia, cercana al Alt de la Xumenera.
La perspectiva desde el
alto es simplemente impresionante. Por sus cuatro costados
vislumbramos gran parte de la provincia de Alicante, Mar Mediterráneo
incluído. Tras pasar por delante, o detrás de la caseta, tomamos el
camino de tierra, ancho, pegado al cual se levantan varias antenas.
La empinada cuesta que afrontamos será ya la última ascensión de
la jornada. A nuestra derecha y frente la Pinada de Tibi, y buena
parte de la amplia Foia de Castalla. Al fondo las Sierras de Aitana,
Cabeçó d´or, Puig Campana, Menejador, Montcabrer… Antes de esta
última subida veremos un sendero que sale a la izquierda. Si lo
tomamos nos devolverá al mismo camino por donde vamos, en el punto
donde está la bifurcación para subir por la izquierda al Alt de
Guisop.
Desestimada esta opción, seguimos rectos por camino ancho y
llano. Pasamos junto a un mural, bastante deteriorado, interpretativo
de la flora y fauna de la zona y que nos recuerda que nos
encontramos en un paraje natural protegido. Pronto veremos a nuestra
derecha un montón de grava, de color amarillento. Allí mismo y a la
izquierda se abre el camino por el cual descendemos. Al principio la
ruta es ancha y bien asentada. Se estrecha justo en el cruce, bien
señalizado, del sendero que asciende al Alt de Guixop. A partir de
aquí hacia abajo, toma fuerte pendiente. Cuando retomamos el camino
ancho, pronto vemos una bifurcación a la derecha, que baja en
picado. La desestimamos.
Enseguida una senda a la izquierda. Debemos
tomarla y al enlazar de nuevo con el camino seguir en línea recta.
Si pasamos la senda sin verla, de inmediato el camino da una curva a
la izquierda, para llegar a un cruce de subida y bajada. Nosotros
subiremos y aquí si veremos enseguida la senda que a modo de atajo
no hemos adivinado antes. Si en vez de subir bajamos, la pista nos
llevará directamente a la Casa del Carrascalet. Integra hasta hace
unos cinco años y actualmente en serio proceso de ruina.
Pronto
llegamos a otra disyuntiva, pues la ruta se parte en dos. Nosotros
seguimos por la izquierda, en senda a modo de atajo. Muy poco
transitada y olvidada hasta hace escasos años, nos llevará
directamente al coche. Una última división la encontramos justo en
el llano desde donde gozamos de tan bella y amplia perspectiva. A la
derecha de la senda sale un camino, que no tomaremos. En escasos
minutos el sendero, de nuevo inmerso entre pinos, nos conducirá a la
misma era de La Ferrería.