Esta semana plantamos pimientos
Amparo Blasco Gascó / Los pimientos, además de suponer un aporte nutritivo, llevan a la
mesa vitaminas, fibra y antioxidantes. Los pimientos rojos
proporcionan más del 100% del valor diario de vitaminas C y A
mientras que los verdes están llenos de fibra, ácido fólico y
vitamina K A la hora de plantar pimientos no hay que olvidar que el
suelo debe ser rico en materia orgánica y fósforo y con buen
drenaje y, además, que necesitan al menos 6 horas de sol cada día.
Cuando se inicia la siembra hay que tener presente que la distancia
entre plantas debe de ser de 30 cm en filas que a su vez deben de
estar separadas por 40 cm unas de otras. Cuando la planta esté ya
crecida, las hojas deberían casi rozarse ya que el espacio apretado
entre ellas ayuda a dar sombra y, por lo tanto, se reduce la
evaporación del agua, además, esa sombra protege al fruto de
posibles quemaduras por la acción del sol. También es aconsejable
insertar cañas en el momento de la siembra para que a medida que los
pimientos van madurando se aten los tallos llenos de frutos a esas
cañas y de este modo prevenir que se rompan.
La planta del pimiento
necesita constantemente una tierra húmeda porque de lo contrario los
frutos pueden desarrollar un sabor amargo. Un buen acolchado como
plástico negro o grava que ayuda a retener la humedad del suelo pero
no hay que olvidar que si se pone muy pronto puede reducir la
temperatura del suelo. Pero para evitar el enfriamiento del suelo no
se deben de aplicar coberturas de heno, hojas trituradas, plástico
blanco o briznas de césped hasta que no salgan los primeros
pimientos.
Los pimientos verdes estarán listos para su cosecha una
vez hayan alcanzado el tamaño deseado, entre 7 y 10 cm. Los frutos
maduros presentarán un tono verde profundo más oscuro que el tallo.
A la hora de recolectar, es recomendable usar un cuchillo afilado o
unas tijeras de jardín a la hora de cortar el fruto para evitar de
esta forma dañar el tallo de la planta.