Visitando a San Pascualet
Por: Chelo Vera, Salvador Valero Enrique Amat y Mª José Vera
Una excursión sencilla, cómoda y apta para todas las edades, de
la mano de Enrique Amat, María José Vera, Salvador Valero y Chelo
Vera.
Dejaremos el coche en el ensanche de enfrente del nacimiento de
Caprala y lo primero que haremos será llenar la cantimplora de agua
de este manantial inmemorial, aunque ahora hay un cartel que dice
“agua no potable”. En fin, yo y otros muchos seguiremos bebiendo…
Seguiremos rambla arriba por una senda hasta llegar al valle de
L´Avaiol. Lo primero que destaca al entrar en el valle es la
vegetación espléndida y de buen porte de la umbria del Alt de
Cárdenes.
Al inicio del camino, que asciende por un linde de
almendros por el derramador de L’ Avaiol, había una frondosa
olmeda hoy desaparecida por la grafiosis. Pasaremos por una de las
casas, hoy ruina, más emblemáticas del valle, la Casa de Valero,
que precede al caserío de la finca de L’ Avaiol, una finca de
propiedad particular que puede presumir de ser de las mejor
conservadas de nuestro término, con su nacimiento de agua, su balsas
y lavadero tradicionales, su pino monumental… Dejaremos las Casas
de Villaplana a la izquierda y por el camino de carro que conducía a
Petrer, seguimos nuestro andar.
En la primera bifurcación que
encontramos nos desviamos a la izquierda, hacia la Casa del Indio, y
tras ascender un trecho iremos llaneando por al lado de unos pinos
de repoblación, hasta llegar a la susodicha construcción. A ésta
la dejamos a la izquierda y seguimos por el camino que nos va
llevando en ascenso. Antes de acabar de subir nos encontramos un
cruce de caminos con bifurcación a la derecha, que lo tomamos en
dirección a la finca de La Costa. Pasamos por la casa de la cuidada
finca admirando el monumental pino que hay en la era de la casa, uno
de los más grandes de nuestro término.
Seguimos ahora por el camino
que sale en dirección a los Llanos de Samuel y al llegar al camino,
giramos a la izquierda y continuamos entre pinares por un camino con
buen firme. Encontraremos una bifurcación y nosotros seguimos a la
derecha hasta llegar a las ruinas de la Casa de Barril. Desde allí
comenzamos a descender con dirección a la Casa del Esquinal de
Manel. Pasaremos por delante del aljub monumental del Esquinal, que
sorprende por sus extraordinarias dimensiones, pero nosotros lo
dejaremos atrás para avanzar hacia nuestro destino, la coveta del
San Pascualet en el otro Esquinal.
Todo este tramo lo haremos en
camino asfaltado, flanqueados por la plantación de cerezos más
importante de Petrer. Acabaremos llegando a unas cadena que impiden
el paso a los vehículos tanto a la finca de la Casa Castalla (al
frente) como a El Esquinal (a la derecha). Las franqueamos y seguimos
bajando hacia la rambla de Puça. Justo al llegar nos encontramos
con el famoso pozo del Esquinal, que extrae las aguas desde este
mismo lugar. Pasamos ahora por la casa de Pantorrilla y nos dirigimos
a saludar a Gabriel Sanchiz “Sanchetes”, quien a sus 100 años se
mantiene en la brecha.
Desde aquí, pocos metros hacia arriba, sale a
la derecha una senda muy antigua y perfectamente conservada que nos
lleva sin ninguna pérdida a la coveta del San Pascualet, tras unos
quince minutos de ascenso. La coveta ha sufrido unos pequeños
desperfectos en la entrada debido a las intensas lluvias de este
invierno, pero por lo demás se encuentra en perfecto estado y muy
limpia.
Ahora toca almorzar y comernos los bocatas y la botella de
vino que hemos cargado hasta aquí. Después, por aquello de San
Pascual Bailón, “fem un ballet”. Tras esto, es hora de volver:
regresamos a la casa de Sanchetes y desandamos el camino andado, pero
ahora iremos por el camino asfaltado en dirección al Rancho Grande,
y en la intersección con el camino de L´Avaiol, cogeremos la
bifurcación de la derecha para ascender al collado Llauri.
Una vez
ganada esta elevación, es un verdadero placer descender por el
camino hacia Caprala. Primero pasaremos por la puerta de la coveta de
Samuel, antiguo “repostadero” de “cacahuets y ví” donde se
reunían los cazadores de la zona en los años 50. Seguimos y, antes
de llegar a la finca de L ´Avaiol, pasamos unas ruinas a la
izquierda que pertenecen a la Casa de Gumersindo, que se mantuvo en
pie hasta los años 70. Una vez pasadas las casas de la finca no
tardamos, de nuevo, en llegar al Estret de Caprala, que una vez
franqueado nos llevará al lugar de donde hemos partido.