Al Pou del Bitxo
Por: Pilar Perseguer y el grupo de senderismo del CEAM
Pilar Perseguer y el grupo de senderismo del CEAM (Centro
Especializado de Atencion a los Mayores) nos acercan este recorrido,
haciendo valer el propósito de su creación, hace varios años de,
según sus propias palabras, “mejorar nuestras condiciones físicas
y no anquilosarnos”. Desde su creación, salen todos los sábados
haciendo rutas de diversa dificultad, con un grupo de veinte
componentes que en ocasiones llega a doblar su número, incluyendo a
ilustres veteranos que pasan de los 80.
Podemos citar a Pere (83
años), Loli Sanjuán, Sebastián, Emilio y pareja, Floreal y señora,
Antonio Arcos y hermano, el sajeño y la señora, Vicente Maestre
“Onofre”, Esther, María Conca, Carmen “La Pintá”,
“Melillero” y Paquita, Sento y señora, “Sajeño” y señora y
jóvenes como Salu Torrelló, Matilde “La Reco”, Manoli Freire,
Antoñita “la Moreneta” y Navarrete, junto a tantos otros que no
podemos citar por lo limitado del espacio. Dirigidos siempre por
Antonio Jiménez, con vastos conocimientos del mundo rural de nuestra
localidad y de la comarca, el grupo nos acerca hoy una ruta de
dificultad baja y con una duración aproximada de 4 horas.
Saliendo
desde el CEAM (en el Hogar del Pensionista), subimos por la calle de
San Hermenegildo y nos dirigimos al puente de Cuatro Vientos;
seguimos por el Ecoparque, Ferrusa y el Forcat, hasta encontrar el
cartel que nos anuncia “Camino del Cid”. A ambos lados del camino
asfaltado que hemos estado siguiendo podemos ir observando varias
casas y una densa pinada de repoblación a la izquierda en el Plá
del Pito, antes de llegar a la conocida Chabola del Forestal.
Proseguiremos cogiendo la pista de la derecha asfaltada, que nos
llevará al camino de Los Chaparrales. Desde aquí pasamos el Pou del
Pí (o del Aire), desde donde tenemos una excelente vista del valle,
y seguimos por la pista.
Al torcer unos recodos veremos colgada en lo
alto del Cid la Cova de la Figuera, sin duda una imagen emblemática,
con la higuera, que nace en lo más escarpado del terreno, colgada
sobre el vacío. Seguimos andando y nos encontramos con piedras de
diversos tamaños que se han desprendido debido a las abundantes
lluvias. Las sorteamos sin demasiados problemas y continuamos hasta
llegar a la Cova del Rosico, que dejaremos a la izquierda. Nos
encontramos en un punto desde el que podremos ir a diferentes
direcciones, una de las sendas que vemos nos llevaría a la Cova del
Caco, por la otra cruzaríamos por las Covatelles hasta el Comptador.
No cogeremos ninguna de estas sendas y seguiremos andando por la
pista unos 2 Km. más, hasta coger, ahora sí, la senda que se nos
presenta a la izquierda.
Esta senda nos llevará hasta el Pou del
Bitxo; antes haremos el almuerzo que unos veteranos como nosotros nos
hemos ganado. Al retomar la senda podremos notar en la ascensión
como vamos dejando todo el rato a nuestra derecha el imponente
barranco de El Cid. El paisaje realmente vale la pena, dándole a
todo el entorno un color verde brillante sin parangón, al “ginebre”,
al esparto, a los pinos y pequeños cipreses, todo ello con los
romeros en flor siempre viva y con la manzanilla ya apuntando. Al
llegar al Pou del Aire, y pensando ya en el regreso, fijémonos en
que hay una senda que nos lleva a la rambla que baja de El Cid, que
tomaremos y por la que continuaremos bajando, dejando a la derecha la
casa llamada antiguamente “de El Cid”. Pasaremos a continuación
por el antiguo basurero hasta llegar a la Molineta, y de aquí, por
bajo del puente de la autovía en Salinetas, llegamos de nuevo a
Petrer.