La accesibilidad aplicada al patrimonio. El ejemplo de la tarija califal de Bitrir
¿Te imaginas acudir a un museo donde haya piezas que estén en
las vitrinas y que hayan otras que puedan ser manipuladas por los
visitantes? Ahora es posible y también lo será en el nuevo Museu
Dámaso Navarro.
Una de las funciones más importantes que tienen
asignadas los museos es la divulgación de sus objetos y contenidos,
bien sean históricos, científicos o artísticos, por poner algunos
ejemplos, para que lleguen a un público amplio y variado.
En los
últimos tiempos ha cogido mucha fuerza el término “accesibilidad”
y todo lo que ello conlleva. Accesibilidad no es solo eliminar
barreras arquitectónicas para poder acceder físicamente al museo,
sino que también supone presentar nuestro patrimonio mueble de
manera que cualquier persona pueda, dentro de sus circunstancias,
aprender y participar de él.
Desde el Museu Dámaso Navarro, estamos
dando pasos en este camino para garantizar que nadie pueda sentirse
excluido de conocer su pasado y enriquecerse culturalmente. En la
reciente exposición “Petrer. Arqueología y Museo” que hemos
podido disfrutar en el MARQ, se incluyeron recursos como el braille,
la lectura fácil, el lenguaje de signos y las reproducciones 3D de
algunas maquetas.
Es precisamente de este último recurso sobre el
que han trabajado varios de los becarios que han pasado por el museo
en los últimos años, empleando sus conocimientos para hacer más
accesible la colección arqueológica de Petrer.
Así, Eloi Poveda
Hernández, realizó la fotogrametría de varias piezas singulares de
la colección como son el exvoto ibérico o el candil islámico de
Puça, entre otras. Y mucho más cercano en el tiempo ha sido la
elaboración por parte de Ismael Carratalá Ibáñez de la
fotogrametría y la reproducción 3D de la tarija (o pequeño tambor)
del periodo califal para la actividad que preparamos el domingo
pasado para el Día Internacional de los Museos y que titulamos
“Bitrir, un pasado que nos suena y nos conecta”.
Todos los que
pudisteis acompañarnos y los que os conectasteis con la página del
Museu Dámaso Navarro en Facebook, visteis funcionando en directo una
impresora 3D realizando una réplica en miniatura del tambor de los
siglos X-XI recuperado del solar donde se asienta en antiguo museo a
comienzos de la década de los ochenta del siglo pasado. Con todo
ello, la pieza estrella fue una reproducción a escala 1:1 que,
gracias a haber sido impresa en 3D, guardaba las proporciones exactas
de la tarija original.
Además, la réplica fue tratada y pintada
tras la impresión para logar un aspecto prácticamente idéntico al
original, y no solo visualmente, puesto que cualquiera que lo tuviese
en sus manos -y con esa intencionalidad se hizo-, podía sentir que
estaba tocando un objeto con una textura de cerámica. Esa misma
sensación es la que puede tener una persona invidente para que sea
más comprensible para ella que lo que es una tarija; o para los
niños y niñas, a quienes les encanta emplear el sentido del tacto.
Gracias a esto conseguimos eliminar la barrera de la vitrina pero sin
que la pieza original sufra ningún riesgo de conservación. Otro de
los beneficios que nos permite este tipo de reproducciones es
facilitar la comprensión de los materiales arqueológicos, que en
muchas ocasiones se conservan fragmentados o han perdido parte de su
decoración original. Al tratarse de una copia exacta, podemos añadir
digitalmente las partes que le faltan antes de imprimirla y obtener
así la pieza completa, para que comprendamos mejor su forma.
Además,
podemos resaltar sus decoraciones como si estuviesen recién
pintadas, siempre siguiendo el original, para que puedan apreciarse
todos los detalles. Para poder imprimir la reproducción del tambor
es necesario realizar los siguientes pasos: todo comienza haciendo un
escaneo del objeto a partir de varios centenares de fotografías en
alta resolución y desde todas las perspectivas posibles.
A través
de un programa específico de diseño que identifica todos los puntos
comunes en esas fotos, se crea una “nube de puntos”, que son
miles de puntos colocados en su posición real, dando forma al objeto
en la pantalla del ordenador. Esos puntos se unen con líneas
formando pequeños triángulos; y así la imagen que observamos de la
pieza es un objeto con la misma forma pero esquematizado al tener la
superficie repleta de pequeños triángulos.
Para finalizar, a partir
de las fotos tomadas se obtiene la textura real, dando la sensación
de haber hecho aparecer realmente la pieza en nuestro ordenador. Este
modelo 3D lo podemos ver en el Facebook del Museo Dámaso Navarro,
escaneando el código QR que aparece en estas páginas, o a través
del blog del Museu Dámaso Navarro en el apartado “nuevas
tecnologías aplicadas al patrimonio”:
http://museodamasonavarro.blogspot.com/p/prueba.html.
Posteriormente
esta información digital la introducimos en la impresora 3D y tras
varias horas de impresión podemos observar cómo la pieza va
componiéndose ante nuestros ojos. Por último, tras un tratamiento
alisador de la superficie con una resina y su posterior pintura para
conseguir las mismas tonalidades y decoración que la pieza original,
nuestra tarija está terminada y a disposición de los visitantes en
el futuro Museu Dámaso Navarro.
PARA SABER MÁS
Se puede consultar el artículo publicado en 2017
y titulado “Recursos virtuales para mostrar el patrimonio
arqueológico y monumental de Petrer (Alicante)” de Fernando F.
Tendero Fernández y Eloi Poveda Hernández en el que se enumeran
estas nuevas herramientas digitales.