Creando segundas oportunidades
Cuando nos encontramos con un gatito necesitado, nuestra primera
reacción es querer ayudarlo. Para ello, recurrimos a las
asociaciones. Damos el aviso telefónico a algún miembro de estas
entidades para que recojan al animal o nos lo llevamos a nuestra casa
hasta que puedan hacerse cargo de él.
Sin embargo, es probable que
desconozcas el trabajo que viene después. Desde el momento de la
recogida, la asociación, compuesta por personal voluntario, pone en
marcha todo un protocolo para tratar tanto de dispensar los cuidados
veterinarios que el animal necesita como para encontrarle un nuevo
hogar temporal (casa de acogida) o definitivo (casa de adopción).
Aun en los casos en que los gatitos no se encuentran, aparentemente,
en mal estado de salud, un chequeo completo en la clínica
veterinaria es imprescindible.
Se los desparasita y se les realizan
test para saber si, por ejemplo, presentan patologías como la
leucemia o la inmunodeficiencia felina. En los casos más
complicados, el gatito precisa ser ingresado y, dependiendo de la
gravedad de sus problemas, la estancia en la clínica veterinaria
puede alargarse desde unas semanas hasta incluso meses. Como parte de
su compromiso para con los gatitos, las asociaciones optan en muchos
casos por esterilizarlos antes de buscarles una adopción. En todo
este proceso, las facturas se van acumulando.
Encontrar un nuevo
hogar para los peluditos tampoco resulta tarea sencilla. Las casas de
acogida suelen ser pocas. Además, las condiciones de vida de quienes
los acogen pueden cambiar y es posible que ya no puedan ocuparse de
ellos.
La familia adecuada para cada felino puede hacerse esperar
bastante, sobre todo para los adultos, de color negro o con
patologías, que, víctimas de prejuicios, suelen ser menos queridos.
Mientras tanto, las entidades han de encargarse de cubrir todas sus
necesidades (alimentación, vacunaciones, etc.).
Es decir, nuevas
facturas que se acumulan. Las asociaciones de gatitos siempre están
dispuestas a crear segundas oportunidades, pero, para eso, necesitan
también de todo el apoyo que les podamos dar siendo casas de
acogida, difundiendo los casos de sus peluditos en adopción,
colaborando tanto económicamente como en especie (con comida), etc.
Las mueve la llama de la pasión de hacer un mundo mejor para
nuestros peluditos callejeros. Alimentemos esta llama para que nunca
se apague.
Gatitos en apuros