Consejos para mantener el césped verde y fresco en verano
El césped requiere cuidados para que mantenga su verdor y tenga
un aspecto fresco. Si se siguen una serie de sencillos consejos
lograremos un césped con verde uniforme, sin calvas y lustroso
Hay
aspectos importantes a tener en cuenta para mantener un césped sano
y en buen estado durante los meses de verano en los que las
temperaturas son altas. Aspectos como el corte, abonado, riego,
control de malas hierbas y el escarificado y aireación. El tronzado
o corte regular del césped es muy importante ya que ayuda a espesar
la hierba. La mejor técnica de corte es poco y a menudo que de una
vez.
Además es recomendable cambiar la dirección y el patrón de
corte cada vez para que las raíces de la hierba no se presionen en
la misma dirección, siendo para corte la regla de oro reducir el
tallo aproximadamente a la mitad o dos tercios, cerca de 5 cm aunque
mediados del verano es aconsejable dejar la hierba un poco más larga
puesto que así soportar mejor los periodos de sequía. En cuanto al
abonado cabe subrayar que cortar el césped elimina muchos nutrientes
de la hierba por lo que se tienen que sustituir para obtener un
crecimiento óptimo.
Por ello, desde principios de la primavera, es
aconsejable abonar el césped cada cuatro o cinco semanas. No hay que
olvidar que hay mezclas de los nutrientes que necesita el césped, es
decir, de nitrógeno, potasio y fósforo. Respecto al riego hay que
tener presente que para mantener un césped verde y lustroso, durante
todo el verano, es muy importante la frecuencia de riego que siempre
va a depender de la temperatura y la humedad. Cuando la hierba
necesita agua, empieza a adquirir un tono azulado y grisáceo y las
hojas más antiguas de la planta empiezan a rizarse o marchitarse.
En
el caso de que el césped esté recién plantado, hay que regarlo una
vez al día para que las semillas puedan germinar y pueda formarse un
sistema de raíces resistente. Por otra parte, en referencia a las
malas hierbas, no hay que olvidar que con persistencia y las
herramientas adecuadas se puede ganar la batalla a esas plantas. Las
más pequeñas pueden extraerse con un escarificador manual para
impedir y dificultar su crecimiento.
Mientras que las otras se pueden
eliminar con una escardilla de raíces, intentando siempre sacar la
máxima longitud de la raíz para impedir que vuelvan a crecer. Si
aun así no hay forma de que desaparezcan, puede recurrir a los
herbicidas. El escarificado y la aireación son fundamentales para
garantizar el aire que necesitan las raíces del césped para
respirar y crecer. A menudo, el suelo del césped no es tan arenoso
como para permitir que el aire llegue a las raíces y, en
consecuencia, el crecimiento no se desarrolla.
Con la ayuda de un
simple rastrillo se pueden hacer orificios en el césped y
rellenarlos con arena gruesa. De esta forma, el agua de la superficie
podrá fluir y transportar oxígeno hasta las raíces. El
escarificado permite extraer las hierbas muertas y otros restos del
césped.