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martes, 30, abril, 2024

El agua de la Mina de Puça se va a utilizar para beber

De origen islámico, la Mina de Puça ha estado unida a nuestra localidad desde el Petrer Musulmán, Bitrir. Con más de diez siglos de historia, este manantial jugó una función más que relevante cuando la agricultura era el sustento de vida de los petrerenses. Su agua discurría por el cauce rambla con la suficiente fuerza para mover siete molinos, seis de harina y uno de pólvora

Gracias al agua que emanaba caballera de la Mina de Puça, sin necesidad de bombearla para que saliera a la superficie, más que una rambla era un riachuelo de agua limpia y cristalina.

Con un caudal constante aunque variable, dependiendo de la época del año y de la pluviometría, distintos factores originaron que ese “río” se transformarse en un reseca rambla. Concretamente, la sobreexplotación del Pozo del Esquinal, acompañada de una venta desmesurada del agua, provocó que la mina dejara de emanar agua ya que el nivel del acuífero que la alimenta descendió de forma considerable.

Todo cambió cuando, años después, se tomaron medidas y se puso freno a esa venta del agua sin control a una gran empresa de suministro en toda la provincia.

Desde hace algo menos de una década, la mina no ha dejado de emanar agua que corre por la rambla sin más, una cuestión que no es compartida por todos los vecinos de Petrer pues consideran que se están desaprovechando cientos y cientos de litros de agua que, en una comarca como en la que vivimos en la que las sequías son frecuentes, no es lógico ni normal que se esté desperdiciando de esta forma.

Sin embargo, también hay colectivos y personas que para ellos dejar que el agua de la mina fluya por el cauce de la rambla no es desaprovecharla porque garantiza la un mantenimiento sostenible del ecosistema de nuestro entorno natural.

Ahora sabemos que el Ayuntamiento de Petrer está trabajando en un proyecto que posibilitaría el aprovechamiento de parte del agua que brota de ese manantial para el consumo de la población.

El concejal de Urbanismo, Fernando Portillo, ha explicado que llevan más de cuatro años trabajando en este proyecto que espera que no se prolongue mucho más en el tiempo.

Ha recordado que se realizó un estudio medioambiental por parte de técnicos independientes para determinar el caudal mínimo a establecer para mantener el ecosistema.

Seguidamente, a pesar de que la Mina de Puça es de propiedad municipal, se inició un proceso administrativo para presentar una “instrucción” ante la Confederación Hidrográfica del Júcar.

Unos trámites burocráticos que, para el delegado de este departamento municipal, es lo más complejo de todo ese proceso necesario para que esa entidad hídrica permita que se lleve a cabo la actuación.

Ha añadido que, además, también están pendiente de la autorización de los terrenos en los que se encuentra la boca de la mina son de propiedad privada. La intención del delegado de Urbanismo es reunirse la próxima semana con los familiares de esos propietarios para que firmen esa autorización solicitada por la propia Confederación del Júcar y, de este modo, resolver la última subsanación pedida por esta entidad hídrica para que toda la documentación esté correcta.

Una vez superado todo ese proceso, se llevará a cabo una actuación para parte del excedente del caudal de la Rambla de Puça derivarlo a la red de abastecimiento de agua potable a domicilio que gestiona Aguas Municipalizadas de Alicante ya que, tras realizar unos análisis, se comprobó que dispone de la calidad suficiente para ser consumida.

Concretamente, esa agua llegaría a los Depósitos de Cuatrovientos y de ahí, una vez tratada, a la red de abastecimiento.

Asimismo, ha apuntado que la actuación para canalizar esa agua va a suponer una inversión de alrededor de 50.000 euros que va a correr a cargo del canon de mejoras, incluido en el contrato firmado entre la administración local y esta empresa.

Un coste no muy elevado porque, según ha explicado Fernando Portillo, la obra civil se va a centrar en la reutilización de una antigua canalización, que tendrá que ser reparada, y en la construcción de un decantador para garantizar que el “caudal ecológico” siga siempre fluyendo.

A partir de ahí, ha matizado el concejal de Urbanismo, el resto de cuestiones burocráticas se tramitarán con mayor agilidad y la ejecución será cuestión de tres o cuatro meses.

Comunidad Regantes de Petrer

Tras conocer el proyecto que desde la administración local se quiere desarrollar para aprovechar parte del agua de la mina para el consumo de la población, el presidente de la Comunidad de Regantes de Petrer, José Luis Payá Rubio, ha mostrado el malestar e indignación de este colectivo porque nadie se ha puesto en contacto con ellos, ni les han pedido su opinión cuando, probablemente, es la entidad que más derechos adquiridos tiene sobre el agua de ese acuífero que “alimenta” las bocas de la mina.

Unos derechos, ha matizado, que se tienen que tener en cuenta a la hora de llevar a cabo cualquier actuación o acción que afecte al acuífero y a la mina, incidiendo que no van a permitir que se tomen decisiones sin tener en cuenta la opinión y el posicionamiento de la comunidad.

Además, ha subrayado que siempre ha sido la Comunidad de Regantes la que se ha preocupado del estado y mantenimiento de la mina y de su sistema de canalización a pesar de no ser de su propiedad.

También, ha cuestionado que sea Aguas de Alicante quien se beneficie del agua sobrante, una vez garantizado el “caudal ecológico”, y no los vecinos de Petrer.

Asimismo, ha recordado que la entidad que preside siempre ha sido partidaria de aprovechar el sobrante del caudal que brota de la mina pero no a “cualquier precio”, asegurando que para que sea una empresa quien se beneficie, prefieren que toda el agua que sale de las bocas de la mina siga el curso de la rambla.

Voces discordantes

No todo el mundo comparte que se esté desaprovechando el agua que brota de la Mina de Puça porque de lo contrario, a día de hoy, Petrer no podría disfrutar de un humedal que, hace unas décadas, era inimaginable.

José Antonio Esparcia, colaborador de este semanario, ecologista y miembro del Consejo Local de Medio Ambiente, considera que el planteamiento de aprovechamiento de parte del agua que emana la Mina de Puça cuenta con muchas lagunas que los responsables políticos deberían de aclarar.

Entre ellas, quién se va a beneficiar, cuántos litros de agua se van a aprovechar y con qué periodicidad, cuántos son los litros que garantizan un caudal ecológico óptimo y cómo se va a controlar.

Éstas son algunas de las preguntas que se plantea José Antonio Esparcia quien, además, ha advertido que el uso de parte del agua de la Mina de Puça para el consumo de la población puede poner en peligro la supervivencia del propio humedal y de su flora y fauna.

Aunque es de los que defiende que el agua de la mina no se está desperdiciando, reconoce que si es necesario aprovechar parte de ella, habría que hacerlo de una forma correcta, garantizando en todo momento la supervivencia del humedal.

Para Esparcia, sería mucho más beneficioso para el pueblo de Petrer proteger ese humedal con alguna figura jurídica como se hizo con el Arenal de L´Almorxó, mantenerlo en condiciones óptimas, conservarlo y acondicionarlo, adecuadamente, para poder ofrecerlo como un nuevo producto turístico muy atractivo.

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