Educadoras Ambientales de Petrer
El contenedor de restos orgánicos que podemos identificar por su color marrón y que cada vez se ha vuelto más frecuente en nuestras calles, es aquel que se utiliza para la recogida selectiva de la materia orgánica doméstica o urbana; entendiéndose esta como los restos de alimentos cocinados o en crudo, como pueden ser: los vegetales, fruta, corcho, bolsitas de té, cáscaras de huevo o frutos secos, cáscaras de mariscos, posos de café, papel de cocina manchado de comida, etc.
El principal problema que nos encontramos de forma habitual y que requiere un acción inmediata por parte de toda la ciudadanía es la contaminación y alteración de este fundamental contenedor con visión de futuro, debido principalmente a la adición de impropios. ¿Pero qué son los impropios? Los impropios son todos aquellos elementos o materiales no orgánicos, es decir todo aquello no biodegradable, como puede ser el cristal, el vidrio, el plástico, aceites o algo tan simple como la arena de nuestras mascotas. Estos impropios provocan que no se pueda producir un tratamiento y manejo correcto del contenido del contenedor marrón, provocando así que el costo de dicho contenedor contaminado asciende al doble de uno correctamente utilizado. Esto repercute en un gasto adicional para toda la ciudadanía.
¿Pero qué es lo que sucede? ¿Por qué aumentan los costes derivados del tratamiento de un contenedor de materia orgánica mal utilizado? Si el contenedor marrón tiene una gran cantidad de impropios ,este se traslada a planta y se trata como si fuera un contenedor de resto genérico -el tradicional gris o verde, de toda la vida-. Estos contenedores de resto están sometidos a mayores procesos de selección y separación de materiales. El descarte final acaba en vertederos, con su consecuente impacto negativo en el paisaje y en el uso del suelo. Todos estos procesos aumentan, así, los costes de tratamiento.
El contenedor marrón presenta una visión de futuro dado que busca y pretende un desarrollo de nuestra sociedad más sostenible. ¿Cómo? Mediante la separación selectiva de la materia orgánica y su transformación en fertilizante natural, el compost. Es decir: pretende devolver al medio natural aquello que proviene de él, generando un nuevo producto a través de un residuo. De esta forma, se reduce el volumen de residuos trasladados a los vertederos y las emisiones de CO2 a la atmósfera. Destacar que esto supone un ahorro para este nuestro municipio, Petrer, y repercute de forma positiva en todos los vecinos y vecinas, puesto que facilita el surgimiento de nuevos proyectos y acciones que ayuden a un desarrollo municipal.
Sabemos que cada vez somos más los vecinos y vecinas que damos un buen uso de esta opción que nos brinda el municipio, y debemos continuar así. ¡No dejemos que el mal hacer de unos pocos empañe nuestro esfuerzo! Ayudemos a nuestras vecinas y familiares a comprender el contenedor marrón, sumemos esfuerzos y compartamos conocimientos. Con la colaboración de todas, un futuro mejor es posible.
Y para cualquier duda relacionada con este tema, tenemos como referencia la Oficina de Educación Ambiental de Petrer, a la que nos podemos dirigir llamando al 655 25 03 26, escribiendo a dudas@petrercorazonecologico.es o acudiendo a la propia oficina, ubicada en la 1a planta de la Biblioteca Poeta Enrique Amat.
