Por: Amparo Blasco Gascó
Gracias al estudio de investigación de un muestreo de arácnidos del Arenal de L’Almorxó que ha llevado a cabo el doctor en Biodiversidad y Conservación, Jesús Hernández-Corral, se ha confirmado que, al menos, en este enclave habitan 49 especies distintas de arañas, de las que un 16% son endemismos ibérico-baleáricos.
El interés de estudiar al grupo faunístico de las arañas ha llevado a Jesús Hernández-Corral, doctor en Biodiversidad y Conservación de la Universidad de Alicante y colaborador del CIBIO, Centro de Investigación de Biodiversidad, a investigar la presencia de arácnidos en el Arenal de L’Almorxó, a partir de un muestreo que realizó la entidad universitaria en distintos periodos entre 2002 y 2004 que estaba sin estudiar.
Hay que destacar que es el primer estudio de arañas que se ha realizado en un ambiente como es el de un arenal de interior que, en general, suele ser bastante hostil para muchas de las especies de arácnidos pero que algunas de ellas logran adaptarse y sobreviven bien.
Hernández-Corral comenta que el resultado de ese estudio indica que, al menos, hay 49 especies que habitan en este enclave natural. Una cifra que está convencido que podría incluso hasta doblarse, es decir, llegar casi al centenar de tipos diferentes de arañas.
De esas 49 especies, un 16% son endémicas, es decir, que son de gran valor puesto que sólo las encontramos en la Península Ibérica ya que no existen en ningún otro país.
Entre esas especies endémicas, hay saltícidos, nemésidos y eusparasus levantinos, destacando esta última puesto que su ámbito geográfico de localización es más reducido, limitándose a la Comunidad Valenciana.
Además, ha destacado la presencia de alguna Dysdera, Agroeca Istia y Ummidia picea, todas ellas también tienen una distribución geográfica más reducida dentro de la Península Ibérica.
Otro dato que Jesús Hernández considera relevante es que 9 especies de ese muestreo se sabían que existían pero nunca antes se habían encontrado en todo el territorio de la Comunidad Valenciana o, al menos, no constaban en ningún otro trabajo de investigación sobre los arácnidos que habitan en este enclave.
Sucede lo mismo con la familia Atypidae de arañas que tampoco ha sido citada en ninguno de los listados de estudios realizados en la Comunidad Valenciana, así como cuatro nuevos géneros: Atipus, Rhysodromus, Psammitis y Metatrachelas.
El autor del estudio de investigación destaca que esas 49 especies están incluidas en un total de 41 géneros por lo que se puede decir que existe una gran riqueza y diversidad a pesar de ser un muestreo que tiene un sesgo temporal y, también, a las especies que se recogen por el tipo de trampa utilizada.
A toda esta población de arañas hay que sumar la presencia de otros arácnidos, entre ellos, escorpiones, de algún solifugae así como opiliones.
Para llevar a cabo ese muestreo se utilizaron trampas de caída o pitfall, usando vasos de plásticos de un litro con líquido conservante en su interior que se introducen en el suelo para que cuando la araña vaya andando caiga dentro de ese envase.
Este método utilizado en el muestreo, atrapa especies mayormente epiedáficas, es decir, que son arañas que viven encima del suelo y suelen correr y cazar sobre esa superficie. De ahí, que en este estudio no aparezcan algunas arañas de las que hay conocimiento que habitan en el Arenal de L’Almorxó como es el caso de la conocida como “viuda negra” que, como otras especies, viven en zonas arbustivas, entre los matorrales. Son arañas que viven en la tela que ellas mismas tejen, no suelen bajar al suelo por lo que es muy difícil que puedan caer en ese tipo de trampas.
La población de arácnidos del Arenal de L’Almorxó supone un valor añadido al patrimonio faunístico del término municipal de Petrer que hay que cuidar y conservar. De momento, se puede decir que no corre peligro puesto que habitan en un enclave natural que se encuentra dentro del Paisaje Protegido Maigmó-Sierra del Cid y, además, cuenta con distintas figuras que refuerzan esa protección como son Paraje Natural Municipal, Zona de Especial Conservación que en el año 2000, fue declarado microrreserva de flora.
En definitiva, mientras este singular paraje no sea escenario de acciones agresivas que atenten a su flora y fauna, con toda probabilidad, la población de arañas seguirá habitando allí.
