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sábado, 20, abril, 2024
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Pepe Durá Andreu

Aficionado al ganado mular

Las mulas y los carros son la debilidad de Pepe Durá Andreu, un empresario de peso de Petrer, que lleva más de treinta años participando en la Vuelta en Carro de Alicante. Ahora, ya jubilado, es el que se encarga de cuidar a sus animales: mulas, yegua, gallinas y ovejas, entre otros

Pepe, ¿de dónde te viene esa afición al mundo de los caballos y de las mulas?

Vamos a ver, a mí me han gustado desde siempre los animales pero mis padres nunca me dejaron tener uno en casa, así que cuando me casé una de las primeras cosas que hice fue comprarme un caballo a pesar de lo que a mí, realmente, me gusta es el ganado mular.

A partir de ahí, fui introduciéndome en ese mundo hasta el día de hoy.

¿Ganado mular?

Sí, aunque parezca raro eso es lo que me gusta, las mulas y los mulos que son estériles y nacen del cruce entre una burra y un caballo o de una yegua y un burro. Son animales que se han utilizado para el tiro, el enganche, trabajos de labor y transporte cuando los vehículos no existían o no todos podían tener uno.

Entonces, ¿tu afición a las mulas está relacionada con tu interés por los carros de arrastre?

Hace más de 3 décadas, en concreto en el año 1989, me entero que se organiza la Vuelta en Carro por el norte de Alicante y sur de Valencia. Me llama la atención y, rápidamente, pienso en esa “Vuelta en Carro” tengo que participar.

Lo primero que hice fue ponerme en contacto con dos de los organizadores que eran de Benissa y me dicen que era imposible porque el cupo de participantes era 40 carros y estaba completo.

Aunque me plantearon la posibilidad de entrar representando a un municipio que no tuviera otro carro participando pero, en todo caso, sería al año siguiente.

¿Así que tuviste que esperar un año para ser uno de los “carreteros” de esa ruta?

¡Qué va!, no me di por vencido porque ninguno de los 40 carros de esa edición representaba a Petrer, así que ese requisito lo cumplía. Entonces, me fui a ver a Enrique Torregrosa que, en aquellos años, era concejal del Centro Democrático Social, le conté un poco la “película”, realizó unas gestiones y conseguí participar representando al “Carro de Petrer”.

¿Sigues participando en la Vuelta en Carro?

No he faltado a ninguna edición desde 1989. Cada mes de julio preparo a los animales que van a tirar del carro y todo lo necesario para pasar una semana “viajando en carro”.

Primero, cuando discurría entre las provincia de Alicante y Valencia hasta que se separaron y los de Alicante continuamos recorriendo en carro los pueblos de la provincia.

¿Vas solo o acompañado?

Solo nunca, tengo un grupo de incondicionales compañeros como son Pepe Pina y Antonio Corpus así como Vicente Payá y, por supuesto, mi mujer Reme, mis hijos desde muy niños han realizado la vuelta, sobre todo el pequeño, Pepe, a Manuel ya no le va mucho este mundo.

¿Y cabéis en la carreta?

Hay tramos que algunos los hacen a pie y otros arriba y vamos intercambiándonos aunque, con el paso de los años, yo no bajo del carro. A la hora de dormir, en el carro duermen dos y el resto depende. Al menos uno puede dormir bajo del carro y los otros pues en tiendas de campaña de esas que se montan y desmontan fácilmente.

¿Dónde desayunáis, coméis, cenáis y os aseáis?

En el carro llevamos todo lo necesario para vivir una semana como si estuviéramos en casa pero sin comodidades. Recurrimos a las latas, embutidos, quesos, panceta y jamón así como agua, bebidas, una mesa, sillas. También, llevamos un hornillo para que no falte el café bien caliente y cargadito cuando nos levantamos bien pronto para prepararnos de cara a la etapa del día.

Los carros se convierten en nuestras casas durante los días que dura la “vuelta” excepto para todo lo relacionado con el aseo personal.

¿Cómo solucionáis lo del aseo?

Normalmente, intentamos que el Ayuntamiento del municipio en el que vamos a pernoctar nos permita hacerlo cerca de un Polideportivo y así no tenemos problemas con el aseo personal porque contamos incluso con duchas.

Vamos a hablar de los animales, ¿a día de hoy cuántos tienes?

En comparación con otras épocas pocos. Ahora tengo cuatro mulas y un mulo, Candela, Platera, Baya, Capitana y Melero. Además, también tengo gallinas, unas cinco ovejas y una yegua.

Suficientes porque soy yo el que me encargo de cuidarlos, alimentarlos y de todo.

¿Hablas con las mulas?

Claro, ellas tienen que reconocer mi voz para cumplir las órdenes que les doy cuando van tirando el carro, si tienen que girar hacia la derecha o la izquierda, si deben de pararse o arrancar. Los carreteros tienen un lenguaje propio con el que dirigirse a sus animales, que es común para todos.

Ahora tienes las cuadras en la zona del antiguo basurero pero ¿dónde empezaste?

En el Pantano, aquello parecía una Granja Escuela. Allí llegué a tener caballos, mulas, burros, ocas, gallinas, ovejas, patos, cualquier animal era bienvenido. Los veranos de aquellos años fueron toda una locura pero disfrutaba mucho.

Luego tuve las cuadras por la zona de Salinetas, hasta que empezaron a construir chalets y llegaron las quejas de los vecinos y, finalmente, decidí trasladarme a donde estoy hoy en día.

¿Esta afición a las mulas y los carros ha sido una vía de escape en tus años de empresario?

Desde luego. Escaparme a las cuadras y estar con los animales para suponía una reconexión total y ahora que estoy jubilado pues me relaja y me distrae mucho encargarme de ellos.

¿Te imaginas tu vida sin tus animales?

Eso es imposible. Mira el día que ya no pueda atender a los animales, al menos, me quedaré con dos mulas, simplemente para estar con ellas aunque sea sólo mirándolas y acariciándolas.

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