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sábado, 4, mayo, 2024
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PURA RAZA…PETRERENSE

Pocos petrerenses se pueden imaginar que entre los campos y parcelas de la “huerta de Petrer”, en la zona de Almafrá Alta, se encuentra una de las yeguadas importantes de nuestro país, concretamente la “Yeguada Perona” la número 1996 de España sobre un total de unas 15.000

José Enrique Gálvez/ Caballos que viven y comen en semilibertad contemplando como único paisaje la sierra de El Cid y la del Caballo, nunca más apropiada esta última. Allí reciben el cariño, esmero y dedicación que tan solo los amantes de estos animales son capaces de entregar. Al tiempo forman futuros campeones que han salido a competir a certámenes internacionales.

Emilio Perona, conocido por muchos como “Emilio el pintor” y su hija Cristina son los artífices de este proyecto ecuestre que, como otros tantos, comenzó casi sin proponérselo y por pura casualidad.

Tanto a padre como a hija se les dibuja una sonrisa sincera de felicidad cuando hablan de todo lo que conlleva su pasión por los caballos de pura raza española. Aunque en el momento de recibir la visita de El Carrer para la realización de este reportaje andaban preocupados. Una yegua estaba siendo visitada por el veterinario al ser portadora de dos fetos y eso, según Emilio “no es bueno” …

ROCÍO TUVO LA “CULPA”

Todo empezó en el año 1985 cuando le regalaron por la comunión a uno de los hijos de Emilio una yegua, de nombre Rocío. Comenzaron a montarla los miembros de la familia y poco a poco fue cimentándose en ellos el amor y la pasión por los caballos. Poco a poco y compaginando las labores profesionales con la afición el número de ejemplares ha subido hasta los 35 equinos que tienen en la actualidad.

EXPERIENCIA ALEMANA

Cristina fue más allá y traspasó fronteras para formarse como amazona en la prestigiosa escuela de Westfalja (Alemania).  Allí estuvo intentando abrirse camino en esta disciplina que en dicho país está muy arraigada, pero tuvo que desistir ya que sus profesores no la autorizaron a competir tal y como era su intención. Ello la hizo recapacitar y plantearse su futuro lejos de España y de su familia.

Tras tres años en tierras germanas volvió a Petrer para poner sus enseñanzas a disposición de los alumnos que pasan por Almafrá y, lo más importante, aportar sus conocimientos de Doma Clásica Española para preparar a caballos que concitan el interés de posibles compradores y/o jinetes.

Emilio apunta a El Carrer que “es muy difícil el poder conseguir un buen ejemplar ya que a la hora de valorarlo se tienen cuenta 105 puntos de examen que determinan la calidad y valía del animal”.

No obstante, se muestra orgulloso de algunos de los caballos que han salido de sus instalaciones rumbo a rutilantes compradores o a competiciones internacionales. Por citar algunos casos el de nombre “Cariñoso 39” fue directamente a la Yeguada Militar de Jerez de la Frontera, palabras mayores. Están los casos de “Festero” que se envió a Zaragoza o el afamado “Delto” que fue tres veces campeón de Alemania como máximo exponente de la pura raza española.

PUREZA Y DEPORTE

El objetivo de esta yeguada es conseguir caballos de pura raza, aunque son sabedores que la española no es la más idónea para los saltos. Han tratado de abrirse camino poco a poco a través de buscar las mejores hembras adaptando la cría para la Doma principalmente.

El valor de los equinos viene determinado por las formas que atesora a la hora de mostrarse en plena competición. Esa es un plus valía para el animal y su criador. Es por ello que Emilio no ha escatimado a la hora de que sus yeguas hayan sido montadas por prestigiosos caballos olímpicos como “Evento”.  Otros sementales de gran prestigio en España como Zedimir, Capellán o Fatuo han montado sus yeguas e incluso tiene una potra hija del que hace 16 en el escalafón mundial.

 El caballo español también salta, pero no más allá del 1,30 metros. Razón de más para que la doma sea el elemento de especialización de esta cuadra potrerense.

FUTURO PROMETEDOR

En estos momentos tienen 3 animales especiales y están apostando por ellos. Incluso han recibido una suculenta oferta desde Alemania, pero Cristina ha dicho que no y que van a formar a un campeón bajo su destreza como experta en la materia.

El orgulloso padre apunta que “Cristina tiene un olfato especial para detectar a un futuro campeón y va a seguir en esa línea”.

CABALLOS Y EUROS

Recuerda Emilio que el caballo que más caro vendió fue uno al Estado Español por 60.000 euros, del que no da más detalles, y otro por un importe de 38.000 euros. Apunta el propio Emilio que “con su IVA y todo, aquí todo legal”.

Un precio normal para un caballo al “destete” ronda los 3.000 euros. En la actualidad tienen uno valorado en más de 15.000 pero no tienen intención de venderlo.

Cristina y Emilio tienen claro en apostar por la línea deportiva y formar caballos para las competiciones y por ello son reacios a vender antes de hora a pesar los cada vez más altos costes de alimentación, debido principalmente a la sequía. “El heno y la alfalfa están cada vez más caros”.

Al menos las montas de sementales a yeguas de otras explotaciones o a propietarios particulares se suelen utilizar para amortizar costes. Entre 500 y 1.000 euros se pagan por estos servicios tan necesarios para buscar la excelencia de raza, así como para buscar los cruces y el nacimiento de potros que den lugar a futuro negocio.

Si no se venden ejemplares de vez en cuando “esto sería una ruina”.

Mantener un caballo no es caro, pero sí lo es mantener 35 como es el caso de estos petrerenses y ni que decir tiene de yeguadas más numerosas.

FIESTAS

Emilio recalca que él no cría caballos para que sean exhibidos en fiestas y celebraciones populares. Aunque cita alguna excepción a modo de anécdota cuando hace unos años una abanderada infantil de Elda montó uno de sus ejemplares. Recuerda que no es habitual que un caballo de 3 años, como “Pinturero”, fuera montado por una niña en fiestas. Años más tarde sigue pensando que aquello no fue normal.  

Hay una gran diferencia entre criar caballos para acontecimientos festivos y sociales y hacerlo para competiciones deportivas como es el caso de la Doma Clásica Española. Nada tiene que ver una cosa con la otra.

INSTALACIONES

Los caballos de Emilio y Cristina disponen de diferentes parcelas para dar buena cuenta de la hierba fresca (aunque ahora poca por la pertinaz sequía que nos azota) e incluso vecinos de la zona requieren de su presencia para “limpiar” los bancales. Es una forma ecológica y sostenible además de colaborativa para no incrementar el siempre alto presupuesto destinado a alimentar a los animales.

Al margen de esas zonas de relax y alimentación, Yeguada Perona dispone de una pista de Doma reglamentaria de 60 x 20 metros con arena de sílice. Dicha fina arena se pone para evitar que los tendones de los caballos se resientan y les pueda causar lesiones en el ejercicio diario.

En dicha pista Cristina practica todos los ejercicios que han de hacer los caballos en las competiciones para las que son requeridos. También los alumnos que acuden a montar ocasionalmente pueden hacerlo.

POCA AFICIÓN

Al contrario de lo que los Perona han constatado en Alemania, aquí en España y más en concreto en esta zona, no hay tanta afición a la Doma, al menos desde la base, desde los más pequeños.

Emilio relata a El Carrer que una de sus visitas a Westfalia durante la estancia de su hija, quedó “embobado al ver como los chavales al salir de clase se iban, muchos de ellos, a practicar doma en las innumerables instalaciones que hay para ello. Muchas naves industriales, por el frío, son acondicionadas y cada poco mi hija me iba diciendo donde había escuelas. Una gozada”.

Se lamenta Emilio que a sus instalaciones acuden algunos niños y niñas y obtienen unos bonos para montar, pero al poco tiempo ellos o sus padres se cansan y ya desisten de seguir con la actividad. “Es una lástima”, espeta el propio Emilio Perona.

UN NOMBRE

Tras casi 40 años de actividad equina, Emilio y “Yeguada Perona” se han hecho con un nombre en este peculiar mundo del caballo. Giran y reciben visitas de otros ganaderos, acuden a concursos con grandes expectativas, reciben ofertas por sus ejemplares. Todo lo que conlleva conseguir frutos tras una ardua tarea que, en innumerables ocasiones, no conoce de horarios ni días de descanso.

“Fíjate – apostilla Emilio – que yo tengo 35 caballos hay otras cuadras que tienen 1.000 ejemplares. Contra eso yo no puedo competir. Ahí sacan unos 150 potros al año y sí pueden obtener beneficios. Incluso aquí en la provincia, en Elche, un chaval tiene 150 yeguas…imagínate lo que eso supone”

CASI HUMANOS

Durante la visita a Yeguada Perona, Emilio ensalzaba las bondades de cada uno de los ejemplares que se ponían a nuestro alcance. A algunos de ellos, los más jóvenes, los trataba con un cariño especial, como si de hijos se tratara. Hacía esto porque le nace en su amor a este animal y porque “es conveniente tocarlos y ofrecerles confianza para que si algún día hay que tratarlos por alguna herida no pongan resistencia y se sientan cómodos”.

Les habla, les acaricia, les mima…así es Emilio este hombre de 70 años que se ha pasado media vida entre brochas, rodillos, pinturas y otra media entre caballos, yeguas, potros, heno, alfalfa y las preocupaciones que ello conlleva.  Todo ello lo ven compensado padre e hija cuando reciben el cariño de sus equinos. Nada les hace más felices.

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