El mosaico romano de Villa Petraria
En el año 1975 se produce un descubrimiento muy importante para
el conocimiento de la historia antigua petrerense”
(Navarro y
Tendero, 2015)
Esta semana, el Museo Dámaso Navarro, a través del arqueólogo
municipal, Fernando Tendero, nos acerca a una de las piezas más
importantes que se conservan y exhiben en el cita museo y que
apareció casualmente en la calle 18 de Julio, actual carrer
Constitució, el 11 de septiembre de 1975, y corresponde a parte del
suelo de una de las habitaciones principales donde residía la
familia propietaria de Villa Petraria, el asentamiento rural situado
bajo los edificios de la plaça de Baix.
En concreto, es un mosaico con una temática decorativa
geométrica, fabricado en opus tesellatum, con unas teselas
cuadrangulares realizadas en varios tipos de rocas que tienen
diversos colores: blanco, negro, rojo y amarillo. Este pavimento
debió pertenecer a una habitación poligonal integrada en la pars
urbana -o parte residencial de la villa romana-.
El cómo se
descubrió, excavó y se desplazó primero al Ayuntamiento y
posteriormente a la biblioteca -que a partir de 1999 fue el Museo
Dámaso Navarro- lo trataremos en otro momento ya que es muy
interesante y merece una explicación más amplia.
El mosaico se conserva fragmentado en dos paneles correspondientes
a una única estancia y presentan dos motivos decorativos
geométricos.
El panel más pequeño ocupa una superficie de cerca de
2,8 m2; mientras que el fragmento mayor presenta una superficie
cercana a 5,5 m2.
El primer motivo del que se conserva una mayor extensión es una
composición de octógonos secantes y adyacentes formando cuadrados
flanqueados de hexágonos oblongos, todo ello dibujado en teselas de
color negro sobre fondo blanco. Los cuadros y hexágonos, a su vez,
presentan internamente otro cuadro o hexágono de dimensiones más
reducidas.
Estos son los que se encuentran rellenos de teselas rojas
o amarillas, generalmente alternándose dos hexágonos amarillos y
dos rojos, unas veces en el cuadrado rojo y otras en amarillo. Esta
composición se rompe cuando el motivo geométrico de octógonos se
adapta a la inflexión que le impondría las características
arquitectónicas de la habitación.
El segundo de los motivos es una composición de círculos
secantes formando cuadrados curvilíneos que contienen otros
similares de dimensiones más reducidas.
Por su diseño y características, el mosaico ha sido datado por
los especialistas entre los siglos IV y V d. C.
PARA SABER MÁS:
Desde el año de su aparición han sido varios los estudios
realizados por historiadores y arqueólogos que han precisado su
descripción y cronología, llevando sus resultados a congresos
nacionales de arqueología. El último estudio de síntesis
corresponde a Fernando E. Tendero y Concha Navarro, publicado en la
revista Festa del año 2015 con el título “El mosaico de la villa
romana de Petraria (Petrer): 40 años desde su descubrimiento
(1975-2015)”.