La Cruz de Mollá
Los vecinos y vecinas que transiten por la confluencia de las
calles Brigadier Algarra y Camino Viejo de Elda, encontrarán una
plazoleta ajardinada en la que hay una construcción techada
cubriendo una cruz: la Cruz de Mollá.
Esta cruz cubierta es un
monumento construido a mediados de la última década del siglo XX a
partir de referencias orales, escritas y gráficas por la
Escuela-Taller Ferrusa.
Rememora la cruz de término construida en
1793 y que estaba situada en el camino tradicional de Petrer a Elda,
aunque en su día estaba cerca de la actual Cooperativa Agrícola de
Petrer. Ésta daba refugio y descanso tanto a los agricultores que
estaban trabajando los bancales como a los caminantes que iban de una
población a otra.
Según la investigación llevada a cabo por los
componentes de la Escuela-Taller Ferrusa, la construcción de la cruz
data en el año 1793, ya que en el diario El Alicantino de fecha 30
de abril de 1893, se informa de la celebración inminente del
centenario de su edificación para el día 3 de mayo del mismo año.
El motivo de la creación de la cruz, según esta noticia, fue “…
la religiosidad y patriotismo de la villa de Petrer, como protesta
contra los excesos de la Gloriosa Francesa o los de la República de
Robespierre”, siendo un apoyo a la Guerra de la Convención
(1793-1795) entre la España del rey Carlos IV contra la Convención
Nacional francesa que guillotinó a su familiar Luis XVI el 21 de
enero de 1793.
El poeta Francisco Mollá Montesinos, antes de conocer
la referencia cronológica descrita en las líneas precedentes,
escribió un artículo en el que, a medio camino entre la leyenda y
la realidad, explica el origen de la construcción de la cruz.
Indicaba que un familiar suyo, Bonifacio Mollá, el Tío Bonifaci,
guardaba unas monedas de oro fruto de años de trabajo, y ante el
peligro de que fueran requisadas por el ejército napoleónico que en
aquel momento arrasaba la localidad en el curso de la Guerra de la
Independencia (1808-1814), decidió guardarlas en el interior de un
olivo en la zona próxima a la actual Cooperativa Agrícola, cuando
la zona eran bancales de vides y olivares.
Tras su marcha comprobó
que todavía conservaba el dinero y en agradecimiento, gastó una
parte en construir una cruz, la Creu de Mollá. En las décadas
posteriores la cruz se fue deteriorando progresivamente hasta que se
hundió en la década de los veinte del siglo XX. Posteriormente, el
párroco de San Bartolomé, volvió a levantar la cruz pero se
derrumbó al poco tiempo quedando únicamente su recuerdo hasta que
fue reconstruida por la Escuela-Taller.
PARA SABER MÁS:
MARTÍNEZ LÓPEZ, Mª. J. (1995): “La Cruz de
Mollá”, Festa, Ayuntamiento de Petrer, Petrer.
MOLLÁ MONTESINOS,
F. (1986): “La Cruz de Mollá”, El Carrer, junio de 1986, Petrer.