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jueves, 2, mayo, 2024
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El abonado del huerto (I)

El abonado del huerto (I)

Una parte fundamental para preparar el terreno del huerto para el cultivo de invierno es el abonado por lo que es importante conocer los tipos de abono y su preparación para que realicen correctamente su función.


En los establecimientos de productos agrícolas encontramos infinidad de abonos de diferentes procedencias, pero nos centramos en los de origen orgánico y en la medida de lo posible, ecológico. La función principal del abonado es aportar los nutrientes necesarios a la tierra para que nuestras plantas crezcan saludables.

Dependiendo de su procedencia tendrán diferentes propiedades y preparación para su uso. Generalmente, al tratarse de abonos orgánicos es importante que toda esa materia se descomponga antes de usarse pues el proceso desprende calor y gases que no beneficiarán a las raíces y además al no estar descompuesta, no podrán asimilar los nutrientes correctamente.
Estiércol de animales rumiantes (ovejas y cabras): Es un buen abono donde la materia orgánica está muy triturada por el trabajo de las muelas de estos animales. Hay que tener especial cuidado con la aparición de pulgas, de hierbas indeseadas por semillas sin digerir y es muy importante respetar la descomposición, pues este estiércol alcanza temperaturas muy altas en el proceso. Es bastante concentrado, con lo que hay que tener cuidado de no abusar de las cantidades.

Estiércol de caballo
: Es un abono que presenta mucha materia vegetal sin triturar al no ser rumiantes, no suele tener problemas de semillas, ya que no suelen salir al campo a pastar, es más suave que el anterior y va muy bien para acolchar terrenos algo apelmazados.

Estiércol de gallina: Es uno de los abonos más completos y aporta cantidad de nutrientes, pero es de los más concentrados y hay que tener en cuenta antes de utilizarlo que no realice su descomposición al sol. Tampoco usarlo cuando esté húmedo y ni de granjas donde la base de su alimentación sean piensos compuestos.

Humus de lombriz: Es uno de los mejores fertilizantes, se puede utilizar casi instantáneamente, no desprende olor, no mancha, aporta muchos nutrientes, el exceso no perjudica y lo más importante es que los microorganismos presentes se asocian con la raíz y se asimilan mejor los nutrientes.

Compost: Procede de restos de materia viva. Sirve para restablecer nutrientes a la tierra pero para evitar olores fuertes es aconsejable no aportar restos de origen animal. Es importante que esté aireado durante su descomposición para evitar una putrefacción indeseable, por lo que se deben intercalar capas de pasto seco o virutas de madera. Es un abono ligero que acolchará la tierra y que se debe de echar unos días antes de la siembra para que finalice su descomposición.

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