25 años de El Barxell
Elías Bernabé / El domingo 26 de enero de 1992, poco después de las cuatro de la
tarde, comenzó el primer partido de fútbol oficial en el Estadio
Municipal El Barxell de Petrer.
Con ello se abría la puerta a dos viejas aspiraciones del deporte
local. Por un lado, el primer equipo de la U.D. Petrelense disponía
ya de césped natural, y por otro, los atletas de una instalación
donde poder desarrollar su actividad deportiva preferida.
La inauguración llegó precedida y presidida por la polémica
creada por diversos medios de comunicación sobre la pista de
atletismo y sobre la cual ya hice referencia meses atrás en un
artículo de opinión.
Pero lo importante, en realidad, era que ya teníamos campo de
fútbol de hierba y pista de atletismo. Por cierto, la primera de
material sintético en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó.
Ni en los mejores tiempos del campo de La Victoria se registró
una entrada tan masiva en un partido de la U.D. Petrelense como la de
aquella tarde.
La recaudación en taquilla rebasó las 600.000
pesetas, unos 3.600 euros actuales.
Con el Español de San Vicente como rival, el resultado fue de
empate a un gol.
La banda de la Unión Musical amenizó los prolegómenos del
encuentro y el descanso, no faltando la interpretación del pasodoble
“Petrel”.
Con este ambiente festivo, finalizaba el éxodo de los diferentes
equipos del Petrelense. El primer equipo disputó sus partidos del
primer semestre de 1991 en el campo de Las Moreras de Monóvar y los
de septiembre a diciembre en el Estadio Municipal de Elda. Los
equipos juvenil, cadete e infantil en el del Colegio Sagrada Familia
de Elda, lugar donde se llevaron a cabo todos los entrenamientos.
Casi trece meses fuera de casa, pues el último partido en el
campo de La Victoria se disputó el domingo 30 de diciembre de 1990,
con derrota ante el Cox por 1-2. Precisamente el mismo rival que
visita El Barxell este sábado próximo, en el partido que cabe
considerar del 25 aniversario del estadio.
Con todo, la inauguración quedó deslucida. Por una parte, con el
maremágnum de público asistente alguien debió pisar el cable de la
megafónía (todavía no habían llegado los micrófonos inalámbricos
a algunos departamentos municipales) y no se pudieron escuchar las
alocuciones del alcalde, Vicente Maestre, y del director de
Continente, Ricardo Oya.
Pronto vinieron los problemas
Mas grave fue que la segunda parte se disputara casi en penumbra.
El partido estaba anunciado para las cuatro de la tarde, pero entre
unas cosas y otras se retrasó casi media hora. Elló resulto
primordial para que todos los asistentes comprobasen la deficiente
iluminación instalada en el estadio.
Fue este el primero de los muchos y graves defectos que comenzaron
a evidenciarse de inmediato en la instalación y que no tenían nada
que ver con la polémica de que la pista de atletismo estaba
construida del revés.
Esto último era lo menos importante, en caso
de haber sido cierto.
Defectos tales como la desnudez de los vestuarios. Su techo eran
las propias gradas, que al ser prefabricadas y superpuestas una
encima de otra, dejaban unas rendijas bien visibles por donde
penetraba una corriente de aire tremenda y una cortina de agua cada
vez que llovía.
Cuando el Ayuntamiento recibió la instalación, los vestuarios
carecían de sanitarios, bancos, perchas, espejos y grifería. Solo
había duchas y calentadores de agua eléctricos. Al no haber
previsión presupuestaria municipal, hubo que improvisar con
materiales de segunda mano recogidos en otras instalaciones
municipales.
Los calentadores de agua eran eléctricos, de tipo doméstico y
capacidad escasa, por cuya causa muy pocos podían ducharse con agua
caliente, averiándose con frecuencia.
En el exterior no había valla en el fondo que da a la rambla y
se cerró con tela metálica.
Por otra parte, la adquisición de los terrenos donde se ubica el
estadio y su entorno, así como la construcción, corrió a cargo de
la firma Continente, a cambio de ocupar el lugar donde se ubicaba el
Campo de La Victoria y su aparcamiento.
No obstante, todo el proyecto tenía un presupuesto limitado, de
ahí la serie de carencias con las cuales se encontraron las
autoridades locales cuando recibieron la instalación.
Algunos de los problemas serios presentados en origen se han ido
subsanando poco a poco. No todos. La iluminación artificial sigue
siendo la asignatura pendiente de esta instalación, a pesar de las
mejoras acometidas, sustituyendo a la inicial.
Mejoras que también llegaron al sistema de calefacción, incluso
con instalación de placas solares.
Cierto es que se siguen
produciendo problemas, dado el volumen elevado de usuarios y el
desperdicio de agua tan habitual entre quienes utilizan las
instalaciones públicas.
Lo que no ha llegado ha sido la renovación del pavimento de la
pista de atletismo por su elevado coste. El que se instaló en origen
fue el de peor calidad y precio mas económico del mercado.
Con
parcheos periódicos se van solventando los desgastes y destrozos.
El terreno de césped creó muchos problemas de mantenimiento y
nunca estuvo en un estado aceptable, debido al uso excesivo que se le
dio desde el principio, al disputar en él sus partidos todos los
equipos: amateur, juvenil, cadete e infantil. El campo anexo de
tierra tardó más de dos años en estar acabado, siendo el sábado 5
de febrero de 1994 cuando se disputó allí el primer partido
oficial. Para entonces se había machacado tanto el de césped que
nunca llegó a recuperarse.
CAYERON DOS CONCEJALES
En el aspecto político la construcción del Barxell, provocó la
dimisión de dos concejales de deportes, ambos del PSOE. Primero fue
Manuel Bravo, concejal cuando se acometieron las obras, quien no pudo
lograr su propósito de que la pista fuera de 8 calles. Sus
divergencias en este aspecto con Vicente Maestre causaron su
dimisión.
En la legislatura siguiente, 1991-1995, Enrique Labrador dejó el
cargo, debido a las presiones que recibió por no ceder la
instalación al Ayuntamiento de Elda para celebrar su competición
escolar de atletismo. La solicitud del consistorio eldense estuvo
firmada por el concejal de Deportes de Elda, de Izquierda Unida, cuya
secretaria municipal originó toda la polémica de que la pista se
había construido al revés. Las presiones que Labrador recibió
desde dentro de su grupo político municipal desembocaron en su
renuncia al cargo.