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domingo, 12, mayo, 2024
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Libertad frente a imposición

Libertad frente a imposición

La reciente suspensión del Decreto de plurilingüísmo por el TSJCV es una buena noticia para todos los que consideramos que una de las bases de la democracia es el derecho de los ciudadanos a decidir sobre los aspectos esenciales de la educación de sus hijos, derecho, no se olvide, reconocido en el artículo 27 de la Constitución española.

El partido pro catalanista Compromís y sus compañeros de viaje del PSOE, los que con desprecio a nuestro Estatuto de Autonomía se refieren a nuestra Comunitat Valenciana como “País Valencià”, situándola dentro de sus fantasmagóricos “Països Catalans”, han aprobado un Decreto que descaradamente plantea un chantaje sobre las familias, de forma que si quieren que sus hijos cursen un mayor nivel de inglés, deben también introducir un mayor nivel de valenciano. Además la decisión del modelo lingüístico a aplicar se la reserva la Consellería, tras escuchar a los consejos escolares, donde los padres están en clara minoría.

Además todo el centro debe tener un solo modelo, acabando así con la actual oferta de varias líneas en un mismo centro que los padres podían elegir libremente. Resulta llamativo que los padres decidan el horario del centro, y sin embargo no se les conceda capacidad de decisión respecto al modelo lingüístico. Afortunadamente la Diputación de Alicante, mirando por los ciudadanos de esta Provincia recurrió esta norma y, de momento, ha obtenido su paralización provisional dados los irreversibles problemas e injusticias que su aplicación podría crear.

Alguno, nacido y criado castellano hablante, con el fanatismo propio de los conversos y filiación partidista, consideran aberrante que se haya suspendido este Decreto, pero lo que en verdad, es aberrante es que un grupo radical como Comprimís quiera imponer su visión catalanista a una sociedad con identidad propia como la Comunidad valenciana. El mismo autoritarismo y sectarismo de este grupo ha impuesto la supresión del concierto educativo a muchos centros educativos de la Comunidad, entre ellos un grupo de Bachillerato del centro eldense Sagrada Familia.

En este y en casi todos los demás casos, se trata de centros con alta demanda de alumnos, a los que se les obliga a acudir a centros públicos violando así su derecho a elegir la educación que desean para sus hijos. Por eso el ciudadano no debe dejarse engañar. Lo mejor es que su hijo se eduque en su lengua materna para que aprenda mejor y sus padres puedan ser partícipes de su proceso educativo, pero si éstos consideran mejor otra opción deben ser libres de escoger la opción que prefieran sin imposiciones, y eso vale también para la educación concertada, porque son las familias, los ciudadanos quienes deben tener la capacidad de elegir qué educación desean para sus hijos.

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