A las mamas del Cid
Por: Octavio García, Higinio Boyé y José Luis Sanjuán
En esta ruta, firmada por los irreductibles veteranos del Centro
Excursionista, Octavio García, Higinio Boyé y José Luis San Juan,
que han encontrado en su madurez la pasión por la montaña y las
bondades de la actividad física, vamos a recorrer las Mamas de El
Cid.
Pudiendo acceder con el vehículo, o andando desde la población,
para ir calentando, la salida de la ruta propiamente dicha será en
la Xabola del Forestal, marchando hacia la derecha, por el camino
recientemente cortado, hasta llegar al popular “abeto” (aunque en
realidad es un ciprés).
Desde aquí, partimos a la izquierda por la
pista forestal que nos lleva al Plà Madroñeral, que dejaremos atrás
para seguir por la parte baja de la Ombria Alta, hasta llegar a la
cima de los Xaparrales, con magníficas vistas de la población de
Agost a la izquierda y, en los días despejados, de Alicante y el
mar.
Continuamos en dirección norte, por la misma pista forestal,
por la cumbre unos 400 metros, hasta encontrar un mojón de piedras a
la derecha del camino, que nos indica el inicio de la senda que baja
por la solana de los Xaparrales. Se trata de una senda muy antigua de
pasos de mulo que conecta Agost con Petrer y que en la actualidad se
encuentra en algunos tramos muy deteriorada.
Esto, unido a lo
zigzagueante de su recorrido puede hacer difícil seguirla; hemos de
estar atentos a los montones de piedra que la van señalizando.
Durante el caminar por ella puede apreciarse el gran trabajo que
hicieron nuestros antepasados, aguantando con ribazos los frecuentes
corrimientos de tierra de la zona.
Consumado el primer descenso, en
unos veinte minutos, la senda llega a los llanos de la montaña,
repleto de madroñeras silvestres, entre otra flora baja. Continuamos
por este rellano, teniendo siempre las Mamas delante, hasta que
comenzamos a ascender siguiendo la propia senda, que sube hasta su
misma cima.
En el discurrir podemos apreciar por el camino abundante
metralla, procedente del campo del tiro del Clot del Llop, propiedad
del Ministerio de Defensa, que queda al noreste. Una vez alcanzada la
base de la primera Mama, que vamos a circunvalar, sólo tenemos que
avanzar por su perímetro para darnos de bruces con una senda bien
delimitada de ascenso a la segunda Mama, la más alta de las dos, y
situada más al perfil de la montaña.
En la cima de la segunda Mama
es tiempo para tomarse un descanso para almorzar, disfrutando de unas
espectaculares vistas, donde, entre las construcciones rurales,
destacan por su tamaño las grandes balsas de riego de Agost y
Novelda al sureste, y al norte las sierras de Maigmó y de Castalla.
E
n esta segunda Mama se encuentra un mojón común a los términos
municipales de Monforte, Petrer y Agost. Fue escogido por su especial
situación geográfica, que domina todo el valle. A la hora de
volver, nosotros desandamos el camino andado, poniendo nuestra
atención en otros detalles que ofrece el recorrido, como la búsqueda
de manzanilla, espárragos o caracoles que abundan por el lugar.
Igualmente, si tenemos otros intereses, estaremos atentos a la fauna
que por allí pulula, como los rebaños de arruís o la pareja de
águilas reales que anida en los alrededores. En nuestro caso,
también aprovechamos para arreglar desperfectos de la senda e ir
señalizando la ruta.
Lo cierto es que la senda está muy
deteriorada, y habría que mejorar su firme y recuperar su trazado
original, pues es un recorrido diferente y con una gran historia
detrás. Por lo demás, con una duración cercana a las cinco horas,
señalar que la ruta no es la más aconsejable cuando el calor
apriete, porque en el grueso del recorrido encontrarán pocos pinos
que hagan sombra.