¿SEGURIDAD O INCOMPETENCIA? UNA FORMA DE GESTIÓN
La seguridad es algo con lo que no se puede jugar, pero este Ayuntamiento no lo entiende, declaran desde el Sep-CV,SIPOL y SPPLB.
Nota de Prensa
Esta
situación, reconocen que se ha agravado con la última
reestructuración aprobada unilateralmente por la Corporación
municipal. Considerando esto especialmente grave, cuando además
para justificar la referida reestructuración se basan en la renuncia
de los agentes a realizar horas extraordinarias. Así mismo, nos
indican que el desencadenante de tal renuncia, fueron unas
desafortunadas declaraciones de algunos dirigentes políticos, en
ellas insinuaron y trataron de “mercenarios” al colectivo, siendo
diversos agentes increpados por ello en el ejercicio de sus funciones
en diversos servicios, extremo este que les parece inadmisible.
Desde
los sindicatos, lo tienen claro, “somos
partidarios de reducir las horas extras
a la mínima expresión”, nos
manifiestan, no existe ningún problema con eso, pues las horas
extras no deben ser consideradas como parte del salario, sino más
bien como un complemento. Eso sí, cuando haya que cubrir actos lo
que no se puede utilizar es, efectivos del turno ordinario porqué
esto afecta a la seguridad de la población de manera directa. Si
tenemos tres patrullas y destinamos dos a actos, tan sólo hay dos
agentes para dar seguridad y atender los requerimientos de una
población de 35 mil habitantes. ¿Es esto lógico, se preguntan? ¿Es
más importante hacer un acompañamiento o un acto deportivo que la
vida de las personas?
Igualmente
se quejan de “revanchismo”,
pues mediante decreto de alcaldía, se está nombrando y obligando a
los agentes que acuden a los plenos municipales. Somos conscientes de
la importancia del servicio que prestamos y nuestra intención jamás
es la de perjudicar a la población, pero la realización de horas
extras es totalmente voluntaria, recuerdan. Cómo muestra de lo
indicado en el presente párrafo, indican el hecho de que no se
nombre servicio de forma ordinaria a agentes que no se han borrado de
las horas extras, ¿si tienen gente voluntaria, porqué nos obligan a
los que acudimos a los plenos a manifestar nuestro malestar?
Este
fin de semana, y a través de la herramienta del decreto de alcaldía,
se ha escenificado una situación caótica, se ha elaborado hasta
tres textos distintos en los decretos, que en algunos casos, dudamos
de su legalidad, asimismo, se empezaron a notificar el viernes a las
14 horas, cuando los actos que debían de garantizar, eran para el
sábado y domingo.
De
manera esperpéntica, se inició una “persecución” de los
agentes, con llamadas de teléfono, visitas a sus domicilios, con
carácter compulsivo, sin poder localizar a gran parte de ellos pues
no tenían constancia de tal hecho, con decretos que no referían
claramente cuando debían de personarse para el servicio.
Ha quedado
patente la incompetencia mayúscula de la concejalía de policía y
su jefatura para gestionar sus competencias, pagando la población la
misma, ya que se generan situaciones que comprometen la seguridad.
Incomprensible que actos programados con meses de antelación, se
vean comprometidos en su seguridad, preparándolos con tan poca
antelación y profesionalidad por los responsables policiales. Parece
ser, que la metodología de gestión del personal, es pisotear los
derechos de los trabajadores, para encubrir sus carencias
organizativas y de dialogo.
Desde
esta plataforma sindical indican, que pueden decretarnos o no, esa es
su decisión pero también es una muestra inequívoca de su capacidad
de negociación. Igualmente nos indican que los servicios jurídicos
de sus sindicatos están trabajando ya en las correspondientes
reclamaciones judiciales contra el Ayuntamiento de Petrer, si bien
indican que lo que les resulta más sorprendente es que estas
acciones provengan de un gobierno progresista de izquierdas.
Por
último quieren indicar, que como valedores de una función tan
importante como la seguridad de nuestra población, no dejaran de
lado a sus vecinos actuando con la máxima profesionalidad y
diligencia para todos aquellos actos en que sean requeridos, haciendo
valer por encima de sus propios derechos los de los ciudadanos que
prometieron y juraron proteger.