La caja de los recuerdos
Por: Mari Carmen Rico Navarro. Cronista oficial de la Villa de
Petrer
Hoy la fotografía se ha convertido en un objeto cotidiano y, a
menudo, efímero, gracias al uso y abuso de móviles y cámaras
digitales. Pero conviene mirar hacia atrás para recordar lo que para
nuestra historia personal y la de nuestros pueblos y ciudades
significó el descubrimiento de la fotografía hace casi dos siglos.
La historia del último siglo no sería la misma si no dispusiéramos
de estas imágenes que muestran los acontecimientos políticos,
sociales o los más cotidianos de la vida y costumbres.
Nuestra
propia historia individual sería distinta sin esos centenares de
fotografías antiguas que, a menudo amarillentas y algo rotas, la
mayoría de nosotros guardamos en nuestras casas en alguna caja de
metal, cartón o madera o pegadas en un álbum. Algunas de ellas, las
más antiguas, nos sorprenden porque tienen formato de tarjeta postal
y otras porque no conocemos a nadie de los que aparecen en las
mismas. Parte de estas fotografías son de nuestros antepasados, la
mayoría hechas en el estudio del fotógrafo con decorados y posados
que nos llaman la atención.
Algunas de ellas corresponden a hombres
durante el servicio militar, otras son de nuestras familias que
solían inmortalizarse acudiendo a los retratistas y haciéndose
fotos de estudio, con vestimentas que hoy nos resultan curiosas, y
que tienen un encanto muy especial. Hoy es el momento de agradecer a
todos esos maestros de la fotografía su labor porque gracias a ellos
permanecen en nuestra retina y en nuestra memoria familiares que ya
no están con nosotros, nuestros antepasados, nuestros seres
queridos.
Aunque también es verdad que no todos podían permitirse
el lujo de retratarse ya que había familias que apenas tenían
apenas recursos para subsistir. Al contemplar estas imágenes, muchas
veces se nos escapa una sonrisa y, otras, la nostalgia se apodera de
nosotros.
Estas fotos forman parte de nuestro patrimonio emocional y
son importantes porque nos permiten seguir el ciclo vital de los
nuestros, recrea nuestras vidas y de los que nos precedieron ya que
abarcan todas las etapas vitales: desde recién nacidos, de niños,
celebrando cumpleaños, comuniones, adolescencia, juventud, servicio
militar, bodas, con los hijos, de mayores… A la vez nos hablan
también de nuestros lugares, de nuestros monumentos y de nuestras
celebraciones y fiestas más significativas.
Estas fotografías nos
hacen conectar con nuestras familias y con nuestros afectos y muchos
de nosotros las guardamos como un verdadero tesoro que es conveniente
conservar y mantener. Una colección que manoseamos y que miramos una
y otra vez y que intentamos retener en nuestras retinas para que no
se nos escapen nuestros recuerdos de las manos. Cuando tenemos tiempo
nos gusta sacar nuestra caja y ver todas esas imágenes que nos
evocan nuestro pasado.
En ellas podemos ver a nuestros familiares, a
nuestros amigos y a gente que es o ha sido importante en nuestra vida
y por eso tenemos un recuerdo suyo. También en estas cajas hay
recordatorios de comuniones o de bodas a las que hemos asistido y en
numerosas ocasiones fotos de fiesta antiguas. Son fotografías que
muchas veces nosotros no les damos importancia pero que pueden tener
un significado especial para las comparsas porque contribuyen a
completar su historia.
Algunas formaciones festeras, como los
Labradores y los Moros Viejos están recogiendo imágenes que se
guardan esparcidas en muchas de esas cajas con el objetivo de
reconstruir su historia gráfica. Hoy, he querido compartir con todos
vosotros estas fotos familiares que conservo en mi caja, con el deseo
de que, si os apetece y, ahora que pasamos más tiempo en casa debido
a las circunstancias que estamos viviendo, ordenemos nuestra
colección. Creo que es un buen momento para hacerlo y ahora, si
todavía no es tarde, podemos preguntar a nuestros mayores para que
nos ayuden a reconocer a nuestros antepasados, poniendo los nombres a
lápiz y la fecha aproximada detrás de cada fotografía.
Es, sin
duda, una manera interesante de reconstruir y conocer más y mejor
nuestra historia familiar. Os aseguro que será interesante y
disfrutareis haciéndolo. Si queréis llegar más lejos podéis
escanearlas para conservarlas en formato digital. En esta crónica
hemos querido reivindicar la importancia de las imágenes porque
estas instantáneas suponen un legado visual que nos permite conocer
mejor la historia de nuestras familias que, a la vez, son un pequeño
fragmento de esa HISTORIA con mayúsculas que conforman la vida y la
forma de ser de todo un pueblo: Petrer.
Esta crónica en la que
aparecen fotos de mi madre quiere ser un pequeño homenaje a ella y a
todas las madres. Con ella y ya antes lo hice con mi abuela, he
repasado muchas veces la caja de los recuerdos. Va dedicada a todas
las madres, con las que estoy segura que vosotros también habréis
mirado, remirado y disfrutado de esas imágenes que nos hablan de
quiénes somos y de dónde venimos. ¡Va por todas nuestras madres y
por esas joyas que conservamos en nuestra caja de los pequeños
tesoros familiares! ¡Ánimo y a rescatarlas del olvido!