Dos mujeres, Dos voluntades, Dos vidas
Dos Voluntades. Una de las mujeres se llamaba Remedios Jover
Cánovas (Ain El Turk, Orán, 1899 – His, Francia, 1983). Sus padres,
Ramón y Remedios, trabajaron de temporeros en Orán. Regresaron a
Novelda en 1906, de donde eran oriundos. Un paisano, abogado y
terrateniente, Eleuterio Abad Seller, poseía cuatro fincas en
Petrer, acuerda con los padres de Remedios, de ser los caseros de la
finca de la “Foia”, adherida al casco antiguo de la villa (1914).
A la casa solariega le seguía unas casitas modestas en las que
vivían los jornaleros.
Una casona ubicada en el actual “Carrer La
Foia nº 13”, testigo de cenas y bailes con destacados invitados,
diputados y líderes políticos. La hija, conoce de primera mano la
burguesía alicantina. Remedios, conocida como “la Casera”, se
aloja en una casa del Carrer Nou, empieza a trabajar en la fábrica
de lonas de Vicente Castelló y Cía. Con huelgas, movilizaciones y
reivindicaciones de los trabajadores, hasta su cierre en 1921. Estos
movimientos solidarios, le sirvieron de aprendizaje.
Contrae
matrimonio con Miguel Aracil en 1927, trasladándose a Elche, cuatro
años después, desaparece su marido, sin dejar rastro alguno. Con
dos hijos, regresa a Petrer, a casa de sus padres, aprende el oficio
de aparadora para trabajar en calzados LUVI. Con el alzamiento
militar contra la República, diez días después, 28 de julio de
1936, ya formaba parte del ejército voluntario en defensa de Madrid,
en la Sierra de Guadarrama donde el peligro, la cercanía con la
muerte aumentaba la ansiedad.
Según testimonios, Remedios dio
sepultura a varios milicianos muertos en combate, alentaba a sus
compañeros a combatir a su lado. Una mujer enérgica y eficiente que
asciende a Sargento (03.09.1936). Según el Comandante Manuel Tagüeña
Lacote:-Remedios había sido también gravemente herida en la
cabeza…-. Dada por muerta, y notificado a su familia por telegrama,
pero un soldado se percató de una vibración del cuerpo, avisando de
que vivía. Veinticinco días después de su ascenso, le otorgan el
grado de Teniente.
Remedios es operada de urgencia, convaleciendo
en el cuartel del Batallón Octubre 11, en El Escorial. Volvió al
frente (31.10.1936), un Decreto del Gobierno a mediados de 1937
destinaba a las mujeres milicianas a tareas en retaguardia. Pese a
ello, forma parte del Estado Mayor (mayo de 1937), bajo las órdenes
de Manuel Tagüeña. El Estado Mayor (17.04.1938) se traslada a
Escaladei (Tarragona). El ejército se repliega en retaguardia a
finales de 1938.
La pérdida de Catalunya en febrero de 1939, obliga
a los batallones del Ebro, donde se halla Remedios, a cruzar la
frontera por Port Bou (Girona). Internados en el campo de
concentración francés de Argelès-sur-Mer y Gurs, donde le esperaba
un largo exilio. La ocupación de Francia por las tropas alemanas
aumentaría el desaliento, solo la alegría de su hija Elisa, nacida
del casorio con un exiliado, Tomás Gómez, le daría fuerzas durante
32 años.
Remedios regresó a Petrer en varias ocasiones (1971,
1974-1975). Ocho años después, murió en la localidad francesa de
His.
Dos Vidas. En plena Guerra Civil, Antonia
de Castro Vera, en estado de gestación, con sus dos hijos, José
Luis y Carmela, desde Petrer se trasladan a Ontinyent, en 1936,
pueblo natal de su marido, el farmacéutico José Perseguer Ferrero.
Ese año, el Tribunal Popular lo sentencio por actividades y
reuniones sediciosas, con la pena de muerte, y fusilado en Alicante
(17.10.1936). Meses después, nace Pilar Perseguer de Castro, en
1937. Se marchan a Madrid, un pariente, el reverendo Luis Fullana,
les será de ayuda.
La viuda se gana la vida de enfermera en los
hospitales de la Cruz Roja, y de asistenta en casa de familias
acomodadas. Los tres hermanos son matriculados en una escuela de
beneficencia, con precarias y obsoletas instalaciones, un centro
insalubre para huérfanos de farmacéuticos. A pesar de las
dificultades económicas, la madre y sus tres hijos regresan en dos
ocasiones a Petrer. La segunda en 1952, donde la farmacia de su
marido se hallaba devastada. Tras diversas vicisitudes la farmacia
inicia un lento y arduo resurgimiento… Ingresa en el Coro de la
Iglesia de San Bartolomé, en 1952. Entra en el mundo teatral en
1955, con zarzuelas en el teatro Cervantes. Maquilla a una primera
abanderada en 1960, a las que seguirá más de un centenar.
Inaugura
la perfumería y el gabinete de estética, La Pequeña Venecia
(1964), junto a la farmacia. A partir de 1967, realiza un primer
viaje a París para asistir a un curso de estética que le permite
innovar tanto el maquillaje como el cuidado de la piel. Asiste a un
sinfín de congresos de estética: Barcelona, Madrid, San Sebastián,
Marbella o Valencia. Un cierto aperturismo le proporciona estar
al frente de la Escuela del Servicio Social de la Mujer, miembro del
Consejo Local del Movimiento y Delegada de la Sección Femenina. Jura
su cargo de Concejala en 1974, una de las primeras mujeres en el
Consistorio de Petrer.
Es testigo de los estatutos de la
Mancomunidad Elda-Petrer; inauguración de la autovía a su paso por
Petrer, en febrero de 1975, o la visita de los Reyes de España.
La comprometieron de abanderada en la comparsa de Estudiantes (1953)
y de Madrina en la colla La Jarana (2010). Cofundadora de la Fila de
Negras (1962), hasta que sufrió un accidente de coche (1973).
Jubilada en el 2006, sigue vinculada a la Cruz Roja Local. Su madre
fue fundadora, con apoyos periódicos; a petición de la 3ª Asamblea
de Madrid, le otorgaron la Medalla de Bronce por su activa
participación en la Fiesta de la Banderita.
Fallece en 1973,
nombrada Presidenta de Honor. Su hija, hace donación a finales de
2015, a la Asamblea Local de Petrer, de un edificio de planta baja,
donde tenía la farmacia, y dos viviendas, para que la Entidad social
siga desarrollando la labor asistencial en Petrer. Por su implicación
con la Institución, otorgan a Pilar Perseguer de Castro (2016), la
Medalla de Oro de manos de Pablo Carrillos Huertas, Presidente de la
Asamblea Local de Petrer.