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miércoles, 24, abril, 2024
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Petrer y la pandemia de gripe de 1918

Petrer y la pandemia de gripe de 1918

Por: Mari Carmen Rico Navarro Cronista oficial de la Villa de Petrer
El segundo semestre del año 1918 fue catastrófico para Europa, España y también para Petrer. Ese año el mundo hizo frente a una epidemia parecida a la COVID-19 sin vacuna y en medio de una gran guerra. La mal llamada “gripe española” era similar al actual virus porque también era un virus infeccioso que se transmitía por el aire. La gripe no pudo llegar en peor momento. Europa estaba inmersa en la Primera Guerra Mundial y España, aunque era neutral, vivía una etapa de gran inestabilidad política y no era el mejor escenario para luchar contra la pandemia.

Así que fueron principalmente los alcaldes de los pueblos los que tuvieron que tomar las decisiones sanitarias. En Petrer, como muy bien puso de manifiesto el estudio de la profesora Reme Belando Carbonell, el número de fallecidos por aquella mortífera epidemia de gripe fue de los más elevados de toda la comarca del Vinalopó. Se alcanzó un porcentaje del 1,05% de la población. Cifra solo superada por la localidad vecina de Salinas, donde la mortalidad por la gripe se situó en el 4,4 % del total de vecinos.

La detección de la gripe en la primavera y verano de 1918 puso en alerta al Ayuntamiento de Petrer y a la Junta Municipal de Sanidad, que tomaron rápidamente las medidas oportunas para desarrollar una política preventiva. Entre las decisiones que se aprobaron en el pleno municipal celebrado en septiembre de ese año estuvo la de aplazar las celebraciones festivas hasta que mejorase el estado sanitario de la provincia y se pudiese llevar a cabo actos lúdico-festivos sin perjuicio de la población

Como novedades con respecto a anteriores epidemias de cólera, se introdujo el uso del zotal diluido en agua en los establecimientos dedicados a la venta y en los puntos donde se reunía público, así como la necesidad de desinfectar diariamente los carruajes que realizaban el servicio de transporte a la estación. También se prohibió la entrada al cementerio, pudiendo acceder exclusivamente el sepulturero y las personas que conducían el cadáver.

En Petrer, como en el resto de España, apenas se usaron las mascarillas lo que si que se hizo en muchos otros países. Desde el pleno del Ayuntamiento se insistió en la necesidad de que los vecinos pudientes contribuyeran cada uno con lo que pudiera, con el fin de cubrir los gastos extraordinarios ocasionados por la epidemia y, sobre todo, socorrer a las familias más pobres. Esta convocatoria no tuvo una gran acogida según se recoge en el acta municipal del día 20 de octubre de 1918.

El resto de medidas higiénicas fueron: rociar las calles con agua limpia, que las basuras y retretes sólo pudieran ser extraídos de las casas durante la madrugada, llevándolos a lugares alejados de la población o que no se vertieran materias insalubres a las acequias. Medidas que, por otra parte, eran habituales desde hacía siglos en lo referente a la buena salubridad del pueblo. Pero estas medidas preventivas de higiene pública no impidieron que aquella peste del siglo XX cayera sobre Petrer, ocasionando un total de 43 fallecidos entre los meses de octubre y diciembre de 1918. Cifra que ya de por si es una tragedia, pero que, si lo ponemos en relación con los 4.093 habitantes que tenía la villa en aquel año, vemos como la gripe alcanzó al 1,05 % de la población.

A modo de ejemplo, y para poder comprender en su justa medida la gran tragedia que vivieron nuestros abuelos y bisabuelos, hoy en día con una población de 34.276 personas habrían muerto 359. El virus de la gripe fue mucho más mortal que el de la COVID-19. La actual pandemia, tiene una prevalencia especial sobre las personas mayores de 70 años y también en personas de cualquier edad que tengan problemas de salud graves, como afecciones cardiacas o pulmonares, entre muchas otras. Sin embargo, hace un siglo fueron los sectores jóvenes de la población los más afectados, sobre todo los menores de 40 años, incidiendo casi por igual en hombres que en mujeres, señalándose como causa de la muerte afecciones como bronquitis o bronconeumonías.

A las complicaciones pulmonares, que eran las más habituales y conocidas, la gripe también actuaba sobre el sistema neurológico, afectando a los tejidos de otros órganos y provocando infecciones sistemáticas. Por otra parte, los medios asistenciales eran muy insuficientes a principios del siglo XX. Era impensable, como ha ocurrido con la actual pandemia, que en menos de un año se descubriera una vacuna para acabar con la enfermedad. En 1918, los cadáveres se enterraron en condiciones especiales en el cementerio viejo construido, en 1816, un siglo antes de la epidemia.

Si os apetece saber más y conocer de primera mano cómo se vivió la gripe de 1918 en Petrer podéis consultar el siguiente enlace: https://miescribania.blogspot.com/2013/10/otra-historia-la-gripe.html?m=1. En él Juanra Cabrera Rodríguez relata una historia llena de realismo que nos permite conocer cómo vivieron sus bisabuelos Vicente Rodríguez y Presentación Maestre, y sus cinco hijos: Vicente, Severino, Conrado, Serafín y Santiago esta terrible epidemia.

Esta historia es un testimonio crudo y real de la historia de Petrer, con nombres y apellidos, y hechos que nos permiten conocer muchos detalles y saber cómo superaron nuestros antepasados esta difícil situación, sin los medios y condiciones que tenemos hoy. Es una historia real, es una historia tremenda que me gustaría que leyerais porque está bien escrita, bien documentada y estoy segura que os sorprenderá.  

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