UN LUGAR LLENO DE VIDA
Por: Mari Carmen Rico Navarro Cronista oficial de la Villa de
Petrer
De nuevo volvemos al Paseo de la Explanada y en esta ocasión
hablaremos de tres lugares emblemáticos de la misma como fueron el
bancalet, el mentirós y el recordado Gran Cinema. Para ello
recogeremos una crónica sobre el bancalet que rescató en su día la
periodista Patricia Navarro y seguiremos el testimonio del cronista
popular Francisco Bernabeu, Francisquet, que conoció a la perfección
este lugar.
También haremos referencia al mentirós recogiendo el
testimonio de José Manuel Noya y, por último, nos referiremos al
Gran Cinema siguiendo a Tomás Ferrer. Al principio del Camí dels
Passos estaba el bancalet, el mentirós y les pedres del fossar. El
bancalet siempre estuvo envuelto por un halo un tanto escatológico y
en los albores del siglo XX se cantaba una canción en este tono. En
el periódico Idella de 17 de abril de 1926 hay un pequeño apartado
dedicado a “el bancalet”, que recoge la periodista Patricia
Navarro en el que el autor de la crónica hace hincapié a la
deficiente situación del pueblo en general y al referirse a este
lugar escribe: “… el “bancalet” que da frente a la calle de
más tránsito donde acostumbran algunos frescos a desahogarse
vaciando de un modo atentatorio al olfato y a la vista. Un verdadero
centro de… Suponemos que los hechos de “autos” se harán de
noche. ¿Podría evitarse esa sucursal… que no es de Perfumería
Gal seguramente?”
La primera edificación que se realizó en el
bancalet fue la casa de Toni el Capitán sobre el año 1925. El
bancalet tenía su importancia durante las fiestas de Moros y
Cristianos ya que en este lugar se montaban unas barracas de tiro y
de guiñol. En los años veinte, frente a los barracones de los
feriantes había una taberna regentada por Toni el Capitán, donde
por poco dinero se comía un trozo de pan con sardinas fritas, habas
hervidas y el buen mosto corría generosamente. En estos tiempos se
jugaba a la lotería de cartones. Y dominando todo estaba la pared
del huerto donde se sentaban nuestros mayores, llamada el mentirós.
En este lugar se contaban historias y aventuras que la mayoría de
las veces eran imaginarias o inventadas. Los asiduos se reunían en
el banco de la Explanada. Este fenómeno típico de la sociedad
agraria petrerense, el de los enclaves donde los viejos se dedicaban
a la crítica de los sucesos que ocurrían en Petrer, existía
también en otros puntos del pueblo. Uno se situaba en la plaza de La
Foia y en él se reunía la clase social baja, que criticaba
duramente a la clase media, la cual, a su vez, se reunía en la plaça
de Dalt y criticaba a los caciques. Éstos, por otra parte,
contertuliaban en la plaça de Baix, criticándose entre ellos mismos
y al resto de las clases sociales.
Frente al mentirós, la primera
casa de la derecha era la del Capitán, la siguiente la casa del
guarda del agua de Riegos de Levante, que alimentaba a la Bassa
Perico o dels Quatre Camins, a continuación, la casa de dos plantas
del propietario alfarero Conrado Beltrán Tarro, en los bajos el bar
del Chico la Blusa, después de éste la CNS. Seguía un callejón
que conducía, en primer lugar, a los bajos del Lavao, después a la
vivienda de Mata y a continuación la de Germán.
Siguiendo por la
Explanada, la casa de Francisco el de la farina, a continuación, el
Gran Cinema. Antes del Cinema, en el bancalet, estaba el taller de
Gasparet l’Aperaó y en la replaceta que formaba la parte delantera
de su taller siempre había carros para reparar. Los niños se
montaban a los mismos y jugaban “a fer l’àngel”. Este juego
consistía en que varios chiquillos se colocaban detrás de un carro
para hacer fuerza y levantarlo, al mismo tiempo que se elevaba por
los aires a aquel que sujetaba las varas. Al lado del Cinema estaba
el taller de afilador de Geroni donde hasta hace no muchos años se
ubicaba el bar del Chico la Blusa.
Siguiendo por la derecha
l’amagasent (forma dialectal procedente de la normativa “el
magatzem”) que eran las bodegas de Eliseo Navarro. El nombre de
amagasent era debido a la intensa actividad que allí reinaba A la
parte alta del amagasent se entraba por la calle Calvario, eran las
cuadras y la vivienda de los caseros que eran Elías y Toneta. En los
bajos se hallaban las bodegas y los lagares, los grandes cups o
depósitos del mosto. La parte exterior de las bodegas era una gran
extensión rodeada de una pared alta cerrada por dos puertas, una al
norte de doble hoja y otra al poniente de una hoja de hierro. Hubo un
tiempo que se hicieron corridas de novillos en este cercado.
El
amagasent también fue taberna, la regentaba Coixa y en ella se
comían habas y se bebía buen vino, el local estaba donde antes se
ubicaban los lagares. La primera construcción que se hizo en este
cercado fue la casa donde vivía Dámaso Navarro. Pasadas las bodegas
de Eliseo Navarro había una escalera que comunicaba el Camino de los
Pasos con la calle Calvario. Alrededor del año 1920, cuando en el
Camí dels Passos únicamente existían almacenes y huertas, Juan
Bautista Navarro el Xolet, constructor petrerense, levantó un
edificio al aire libre que con el tiempo se convertiría en uno de
los centros más importantes de la vida social y cultural de Petrer.
El Gran Cinema fue concebido como cine de verano los domingos,
celebrándose las más diversas actividades: bailes, verbenas, juegos
de pelota, etc. Posteriormente, fue remozado y se habilitó un local
cubierto para poder proyectar cine también en invierno. Durante la
Guerra civil el edificio se convirtió en prisión preventiva durante
algún tiempo. Concluida la contienda, volvió a ser lo que era,
llegándose incluso a utilizar como frontón. A partir de la década
de los cincuenta sirvió de marco para las galas de elección de Miss
Petrel y, finalmente, fue demolido en el año 1988.