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viernes, 29, marzo, 2024
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La Mina de Azufre de Catí, un yacimiento minero casi olvidado

En la primera década del pasado siglo XX, Petrer destacaba por contar con un yacimiento de azufre que despertó el interés de expertos en la materia, entre ellos el del geólogo, paleontólogo y Catedrático de Historia Natural Daniel Jiménez de Cisneros

Aunque, a principios del pasado siglo, la mina de azufre de la Peña de Catí, en el término municipal de Petrer era muy conocida en el ámbito nacional, este enclave minero es bastante desconocido por los vecinos de nuestra localidad y de otros municipios de la comarca.

A finales de 1905, en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, encontramos un capítulo en el apartado “Notas y Comunicaciones, en el que el prestigioso geólogo, paleontólogo y Catedrático de Historia Natural Daniel Jiménez de Cisneros, natural de Murcia, narra su viaje a nuestra localidad, el 25 de octubre de ese mismo año, para conocer “in situ” ese yacimiento minero, denominado Mina Tobilo, invitado por su amigo Romà, y acompañado de Santos Gómez y Juan Guillén Pedemonti.

Gracias a ese artículo, hoy sabemos que se trataba de un criadero de azufre nativo que había poco tiempo que se había descubierto hacía pocos meses, en circunstancias, sumamente, curiosas y que los trabajos se realizaban bajo la dirección de Santos Gómez.

Jiménez Cisneros hace referencia a una mina que, por una parte, presenta calizas terciarias penetradas de azufre y, por otro lado, pequeños conglomerados de cristales de cuarzo unidos con azufre.

Un azufre que parece ser que había sido obtenido, unos años atrás, por medio de los hornos sicilianos, extrayendo pequeñas cantidades que los lugareños utilizaban para combatir el oidium de las vides que se cultivaban en las cumbres de esa zona del término municipal de Petrer.

Así lo demuestra, según el relato del geólogo murciano, natural de Caravaca de la Cruz, “los profundos socavones practicados en busca del filón y las ruinas de los hornos” ya que en ese yacimiento minero no se realizaron trabajos formales hasta que, a finales del año 1904, asumió la dirección Santos Gómez. En ese momento, el único filón que existía se cortó a 8 los metros.

A partir de ahí, se abrió una galería hasta los 20m de profundidad que volvió a cortar el filón a poca distancia. Pero, debido a una serie de dificultades de orden administrativo, en octubre de 1905, los trabajos estaban paralizados, tras haber logrado extraer unos cuantos quintales de mineral que se encontraban junto al a boca del pozo.

En esa comunicación, Jiménez de Cisneros detalla algunas características de la mina de azufre como que el filón tenía algo más de 1m de espesor y que estaba limitado por entre capas de yeso y margas teñidas de negro por materiales bituminosas, penetradas de azufre.

Añadía que, en el centro, el azufre ofrecía gran pureza, envolviendo cristales que le parecieron de celestina y otros menores de yeso.

Para este prestigioso geólogo las Minas de Azufre de Catí, eran iguales o, al menos muy parecidas, al yacimiento de azufre de Perticara, Sicilia, la mas grande de Europa, en la que se extrajo el mineral de azufre más grande del mundo y que cesó su actividad en 1964.

En la actualidad, el camino de acceso por el que se llegaban los carros a cargar el mineral extraído ha desaparecido por completo, la vegetación oculta el característico color verdoso de la tierra de esa zona y solo el perfecto estado de conservación de los respiraderos de las galerías nos indican que allí, en algún momento, hubo actividad minera.

Unos respiraderos que suponen un peligro ya que no dispone de ningún tipo de protección, siendo una construcción de una especie de chimenea de alrededor de 20m de profundidad y metro y medio de diámetro que se hunde en el monte a ras de tierra.

En este mismo semanario, en octubre de 1999, se publicaba un reportaje de nuestro compañero Héctor Navarro, fallecido hace unos años, en el que señalaba que, cerca del respiradero, se habían desplomado varios tramos de las antiguas galerías por lo que resultaba también peligroso acercarse a ellas.

Además, recordaba que, en la parte de abajo, junto al cauce de una pequeña rambla y frente a una explanada artificial formada por los escombros extraídos, se encontraba la entrada al yacimiento minero.

Hace unos 22 años, los propietarios de las tierras en las que se encuentran esas minas, unos asturianos que intentaron urbanizar El Palomaret, la pusieron a la venta por 27 millones de pesetas.

Poco más se sabe de esa industria minera que, a principios del pasado siglo XX tuvo gran relevancia en el territorio nacional, tan solo, tal y como recordaba Héctor Navarro en el reportaje “Minas de Azufre de Catí, un “lugar” por descubrir”, que la piedra de azufre que se extraía se utilizaba para fabricar pólvora y para la agricultura, alcanzando el Puerto de Alicante en carruajes y caballerías por L´Alaig, L´Estret d´Agost, Agost, San Vicente del Raspeig hasta la zona portuaria de la capital de la provincia.

Bibliografía

  • Comunicación de Daniel Jiménez de Cisneros en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 1905
  • Reportaje “Minas de Azufre de Catí, un “lugar” por descubrir” de Héctor Navarro, publicado en el semanario “El Carrer” en octubre de 1999

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