Avelino
Para qué nos vamos a engañar, el final del año 2021 no ha sido tan esperanzador como la mayoría esperábamos, conseguir que se equilibre la balanza en la que está en juego la salud y la economía es muy difícil. La hostelería sigue siendo uno de los sectores más afectados.
En plena sexta ola de la pandemia, las nuevas medidas de prevención de la Covid-19 vuelven a los mismos sectores de siempre.
Los hosteleros están cansados de la inestable situación que llevan soportando desde hace casi dos años y muchos de ellos están preparando una avalancha de demandas por responsabilidad patrimonial del Estado, que irán dirigidas contra el Gobierno Central y contra cada una de las 17 Comunidades Autónomas.
Pero no sólo ellos sufren las consecuencias económicas, son las primeras piezas de un efecto dominó, le siguen las bodegas y todo tipo de empresas del sector agroalimentario que han visto cómo sus ventas caían en picado al dejar de servir a los restaurantes o hacerlo en un volumen mucho menor.
Por otro lado, la mayoría de ferias y salones han sido cancelados o aplazados.
En definitiva, un cúmulo de circunstancias que han hecho que los medios de comunicación especializados, como puede ser éste desde el que escribo, se hayan visto también seriamente perjudicados.
No obstante, desde vinos y restaurantes seguimos apoyando al sector y poniendo “al mal tiempo buena cara”, ofreciendo a los lectores un especial aperitivo, un pequeño placer que nadie nos puede quitar.
Ante las restricciones nos queda la ilusión de consumir y disfrutar en casa.
Y es que con una copa de vino en la mano todo se ve de otra manera ¿no creen?