Regalar flores por San Valentín no responde a una estrategia comercial sino a una tradición para recordar al sacerdote que se negó a cumplir la orden del Emperador Claudio II que prohibía el matrimonio entre jóvenes. Tras ser descubierto, fue ejecutado poco después.
En homenaje a ese clérigo, San Valentín, se celebra el 14 de febrero el Día de los Enamorados, coincidiendo con la fecha de su muerte
A través de sus bellas formas y colores, las flores consiguen expresar cualquier tipo de emoción o sentimiento sin tener que decir una sola palabra, convirtiéndose así en el mejor vehículo o en la mejor forma de que las parejas enamoradas se demuestren su amor.
Aunque la rosa roja es la reina de las flores y en esta celebración toma un protagonismo especial, ya que representa mejor que ninguna otra los sentimientos del amor apasionado, hay otras flores que también ideales para regalar o enviar el Día de los Enamorados.
Entre ellas, destacamos las margaritas y las gerberas. Unas flores perfectas para regalar a mujeres de carácter sencillo y que amen la naturaleza en su máximo exponente.
Un ramo de claveles de distintos colores también otra opción. Los claveles cuentan con una amplia tradición histórica como regalo, ya que representan la fascinación por la persona amada. Por esta razón son perfectos no solamente para transmitir amor, sino también admiración por nuestra pareja.
Los liliums son una de las flores más hermosas que existen. Desde la Edad Media, se han asociado con la feminidad y la unión del matrimonio, por lo que son una declaración del amor más puro en toda regla. Además, en algunos países son el símbolo de la reconciliación, así que son perfectos si recientemente se ha discutido con la pareja o está atravesando una crisis.
Su impresionante belleza, su elegancia y su agradable aroma las convierten en una magnífica opción para regalar por San Valentín, especialmente, a mujeres que destaquen por su elegancia y sofisticación.
Las orquídeas también son una excelente alternativa para regalar en San Valentín, ya que además de ser muy hermosas, duran más tiempo que las flores cortadas. Una tradición de origen asiático que empezó a popularizarse en los países occidentales en el siglo XIX, llegando a ser considerada incluso como una planta de lujo que, además, simboliza el amor absoluto y la belleza refinada.
