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sábado, 20, abril, 2024
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Cómo crear un terrario de suculentas

Un terrario es un pequeño jardín que se cultiva dentro de un recipiente, generalmente, de cristal. Una forma de reproducir, de manera artificial, las condiciones de un hábitat específico que genere el ambiente ideal para el crecimiento de ciertas plantas como las suculentas, crasas y cactus

En los terrarios se reproducen las condiciones medioambientales necesarias para la vida de distintos seres vivos como son las plantas.

Este tipo de recipiente puede estar fabricado con distintos materiales aunque, generalmente, son de cristal o, al menos, una de sus caras. Aunque también podemos a recurrir a una gran botella o vasija de boca ancha para poder acceder a su interior con facilidad, sin olvidar que el vidrio o cristal debe de ser transparente para que la luz llegue en buenas condiciones a las plantas.

Su capacidad de resistencias a condiciones desfavorables, su amplísimo grupo de especies y por lo tanto de formas y colores, su particular singularidad y por ser de fácil mantenimiento justifican las plantas crasas, suculentas y cactus sean muy demandadas para un uso ornamental, siendo una de las plantas de interior más populares.

A la hora de plantarlas en el terrario, lo primero que tenemos que hacer es colocar una pequeña capa de drenaje de entre 2 y 3cm, utilizando grava, guijarros o arcilla expandida.

A continuación, cubrimos ese sencillo sistema de drenado con una capa de sustrato que intentaremos que sea ligero, con buena aireación, con pH, ligeramente, ácido y una fertilización media como puede ser uno especial para cactus que podemos encontrar en un establecimiento especializado en jardinería.

Seguidamente, con cuidado iremos haciendo orificios y plantando los cactus y suculentas que hayan elegido, sin olvidar que conviene plantarlas al mismo nivel que estaban en las macetas y que el cepellón esté enterrado de forma que de la sensación que siempre han estado ahí.

A la hora de elegir las plantas es recomendable recurrir a aquellas que sean de crecimiento lento y que entre ellas sean compatibles respecto a ciertos cuidados como riego, abonado y luz.

Una vez plantadas, esparciremos sobre la superficie algunos elementos que aporten al terrario un aspecto desértico como pueden ser arena gruesa, marmolilla y alguna piedra de mayor tamaño así ramas secas o pequeños trozos de troncos.

Tras la plantación, realizaremos y primer riego y limpieza de las paredes de cristal de terrario, el riego debe llevarse a cabo con cuidado para que el sustrato quede húmedo, evitando un encharcamiento. Siempre va a ser preferible riegos cortos y frecuentes que largos y distanciados en el tiempo.

Mientras que el abonado debemos de hacerlo una vez al menos, más o menos, recurriendo a un fertilizante equilibrado que diluiremos en agua.

Por último, cabe recordar que el terrario, en el interior de una vivienda, es como un oasis con vida, propio de clima desértico, por lo que es aconsejable ubicarlo en un lugar con luz indirecta, evitando que los rayos del sol incidan sobre él.

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