Pintor
El diseño gráfico ha sido su profesión, su medio de vida, pero para José María Barceló López su gran afición y su mayor pasión es la pintura al pastel. Una técnica que descubrió hace casi 25 años y de la que se enamoró al instante. Impulsor del grupo “Amigos del Pastel”, desde hace unos años, comparte con “sus alumnos” sus conocimientos y su experiencia
José María, ¿podemos decir que llevas toda una vida ligada a la pintura?
Ya lo creo, no tenía más de ocho años cuando empecé a pintar al óleo, siguiendo los pasos de mi hermano y cuando me fui a estudiar a Orihuela, al seminario, tenía una habitación única y exclusivamente para pintar.
¿Estuviste estudiando en el seminario?
Sí, en el seminario estuve ocho años pero llegó un momento en que mis ideas no eran compatibles con las de allí, así que me fui.
¿Quién te enseñó a pintar o dónde aprendió?
Nadie, siempre he sido autodidacta. Hasta hace casi 25 años siempre pintaba al óleo, en sus distintas técnicas, pero nunca estaba satisfecho con mis cuadros hasta que descubrí el pastel, que me enamoró y, desde entonces, pinto con esa técnica, aunque al óleo también realizó algún que otro cuadro.
¿La pintura siempre ha sido una afición?
Sí, nunca ha sido un medio de vida. Profesionalmente, siempre he estado vinculado al diseño gráfico, bien en una empresa o como autónomo.
¿Qué supone la pintura en tu vida?
Puedo decir que la pintura es mi vida, la vivo y, además, trasmito mis sentimientos a mis “alumnos”. Para mí, pintar, escuchando una música relajante, es el cielo. Disfruto mucho con la pintura, estoy convencido de que si me la quitasen, me hundiría.
Necesito pintar todos los días y cuando por cualquier motivo no puedo hacerlo, tengo la sensación de que me falta algo.
Estás al frente de varios grupos que has creado y bautizado con el nombre de “Amigos del pastel”, ¿no?
Así es, tengo tres grupos. En concreto, uno en Petrer, otro en Novelda y un tercero en Alicante. Me gusta compartir mis conocimientos y mi experiencia de la técnica al pastel con todos ellos y les ayudo y oriento a la hora de pintar ellos sus propios cuadros, son como “mis alumnos”.
¿Podemos decir que has creado tu propia escuela?
Quien conoce mi obra sabe a primera vista que el cuadro es mío, no necesita ver quién lo firma. Puedo decir que mi pintura se caracteriza y se diferencia de otros autores por los tonos, matices y contrastes, tanto en paisajes como en retratos. Unas características que suelen quedar plasmadas en las obras de “mis alumnos”.
¿Paisajes y retratos es lo que más pintas?
La temática ha variado con los años. Cuando tenía 14 años pintaba cuadros de motivos religiosos, coincidiendo con mis años en el seminario. Después tuve una época de “pintura negra”, en la que en mis cuadros aparecían palomas muertas y cadenas. Una oscuridad que desapareció de mi pintura cuando redescubrí el color gracias a la técnica del pastel y que coincidió cuando me dejé de fumar, que creo que algo también influyó.
Mientras que, en la actualidad, principalmente, pinto retratos y paisajes.
Una curiosidad, ¿has diseñado trajes de Fiestas de Moros y Cristianos?
Nunca, las Fiestas no me dicen nada. El único contacto que he tenido con ese mundo es a través de mi cuñado, Fernando Brotons, que ha diseñado muchos trajes para capitanías y filas y, en alguna ocasión, le he ayudado a plasmar el diseño sobre papel.
En cambio, si que te has presentado a concurso de carteles de Fiestas de Moros y Cristianos.
Así es, pero lo uno no tiene que ver nada con lo otro. Me he presentado a distintos concursos, tanto de diseño como de pintura.
He obtenido varios premios, entre ellos, el concurso que convoca la Junta Central de Comparsas de Moros y Cristianos de Elda, en el año que conmemoraban su 50 Aniversario, alcanzado el segundo premio.
En el certamen de Ibi gané dos primeros y un segundo premio y, en otros concursos, algunos galardones más.
También, tus cuadros han protagonizado algunas exposiciones, ¿verdad?
Sí pero hace “siglos” que no protagonizo una exposición individual. Ahora expongo junto a mis “alumnos” de los grupos de “Amigos del pastel” que, en Petrer, preparamos una exposición cada dos años. Es una exposición colectiva en la que cada uno de los pintores aporta dos o tres cuadros.
¿Por qué no expones de forma individual?
Aunque he expuesto de forma individual en distintas ciudades y municipios, como Alicante, Pinoso y Petrer, entre otros, lo cierto es que no me gusta.
Sinceramente, prefiero exponer con los “alumnos” y, además, con las redes sociales tus obras reciben más visitas que en una exposición.
Por último, pintar en la calle también te gusta, ¿no?
Sí, porque también disfruto mucho pintando al aire libre. Un par de veces al mes, participo en las jornadas de pintura al aire libre que se organizan en San Vicente del Raspeig y en Alicante, esta última la programa la Diputación Provincial.
Pero siempre acudo a esas sesiones de pintura al aire libre acompañado de un grupo de mis “alumnos”, me gusta compartir esa experiencia con ellos.
