Quizás lo que menos hace el Club de Cazadores “La Unión” de Petrer es practicar la actividad cinegética, como mucho salen con la escopeta a batir conejos y perdices quince días al año. Sin embargo, la labor altruista que realizan para garantizar agua y alimentos a la fauna del coto de nuestra localidad es digna de resaltar
El Club de Cazadores “La Unión” de Petrer no ciñe su función a la actividad cinegética durante el periodo que está abierta la veda, sino que, a lo largo del año, llevan a cabo una gran labor para garantizar agua y alimentos a toda la fauna que vive en el coto que ocupa, prácticamente todo el término municipal de nuestra localidad.
Hace ya años que los cazadores de este club empezaron a construir charcas e instalar depósitos y bidones y comederos y a labrar y sembrar bancales que estaban abandonados, eso sí, siempre con el permiso de sus propietarios.
A día de hoy, en la zona de “Els Cotxinets” cuentan con tres charcas y seis depósitos de 1.000 litros cada uno, en el entorno de Puça, encontramos seis charcas, 14 depósitos de 1.000 litros y un bidón de 500 litros y el área de Catí se abastece con tres charcas, 10 depósitos de 1.000 litros, un bidón de 500 litros y otro de 400 litros. Mientras que en la zona de Los Chaparrales han instalado otros seis depósitos de 1.000 litros.
Cada uno de los depósitos o bidones cuenta con un sistema que garantiza que a la pileta del bebedero nunca le falta agua ni grano en el comedero. Desde hace un tiempo, cada uno de ellos están cercados para impedir que los jabalíes destrozasen esa pequeña infraestructura y, también, para evitar que sean objeto de actos vandálicos puesto que, en más de una ocasión, se encontraron que habían pinchado los bidones, se habían llevado la pileta o habían roto la boya y cortado el tubo del sistema de agua. Unas cercas que, por sus características, sí que permiten el acceso a otros animales como conejos y zorros y a todo tipo de aves.
Andrés Brotons García y José Luis Lledó Cabanes son dos cazadores del club que se encargan de abastecer el agua, tanto a las charcas como a los depósitos y bidones. De forma coordinada con el fin de controlar el nivel de agua de charcas y depósitos, los lunes y miércoles de cada semana Lledó Cabanes, llueva, nieva, caiga piedra o haga un calor asfixiante, se sube a uno de los vehículos de “La Unión” y durante tres o cuatro horas se va acercando a las infraestructuras hídricas del itinerario de ese día, mientras que Brotons García hace lo mismo, pero durante las mañanas de los sábados y domingos.
Cuando llega la época de siembra, ambos, con la ayuda de otros miembros de la directiva y algunos socios del club, se acercan a los bancales que les han cedido y, una vez labrados y preparados, siembran algún cereal, generalmente, trigo.
Cada año los gastos que conlleva realizar esa labor altruista y que el coto cumpla con toda la legislación vigente en esa materia ascienden a 30.000 euros que corren a cuenta de este colectivo local.
Anualmente, este club tiene que costear los trabajos de labranza y siembra; el agua de los bebederos; el carburante de los vehículos, así como su reparación y mantenimiento; el mantenimiento de los puntos de agua; el grano de la siembra y de los comederos; las tasas de legalización del coto y el pago a los propietarios de las fincas incluidas en el coto.
Ese gasto no es más elevado porque la mano de obra es totalmente gratuita.
Los costes se financian, básicamente, con el cobro de las cuotas de los socios y con lo que obtienen de la caza mayor porque, a pesar de la gran labor que realizan de forma desinteresada y que contribuye al equilibrio del ecosistema, en muy pocas ocasiones y de forma puntual, han recibido una subvención de una administración pública.
Los cazadores de “La Unión” son personas que se preocupan por el entorno natural del amplio término municipal de Petrer y por su fauna, hasta tal punto que, si consideraban que la población de conejos y/o de perdices es escasa, cuando llega la temporada no abren la veda.
También, para que garantizar que la actividad cinegética no se concentre en una sola zona, han dividido el coto en tres sectores y de forma rotatoria grupos de un máximo de cinco cazadores van pasando por cada uno de esos sectores. Además, en cada sector los grupos están dispersos, estando prohibido coger el coche para moverse de uno a otro o dentro del sector. En definitiva, un colectivo implicado con el medio ambiente, crítico con quienes no respetan y no dejan descansar al monte.
