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Petrel
viernes, 3, mayo, 2024
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Roberto Juan Bellod

Gerente de Operaciones de Jean Pierre, Manufacturera

Una propuesta laboral le llevó a dejar Petrer, hace ya casi 18 años, y establecerse en la ciudad mexicana de León, donde sigue trabajando en la misma empresa por la que decidió dar un giro de 180º a su vida.

Casi dos décadas después, su intención es seguir allí y no regresar a su pueblo natal.

Roberto, ¿por qué hace ya casi 15 años decidiste dejar Petrer y establecerte en la ciudad mexicana de León?

Básicamente, por motivos laborales, estaba trabajando en “Rebeca Sanver”, al frente del desarrollo de la comercial. A mediados de 2005, por una parte, la empresa me planteó estar al frente del proyecto que iba a desarrollar en China y, por otro lado, en junio de ese año, conocí a un empresario asturiano que me invitó a conocer la empresa que tiene en México, en la ciudad de León, del estado mexicano de Guanajato.

Así que, aprovechando las vacaciones, en agosto de ese año, crucé el charco, visité la fábrica, me explicaron cómo funcionan y trabajan allí y regresé con más información sobre esa empresa. Una vez finalizadas las vacaciones, llegó el momento de decantarme por China o México.

Pero, ¿no podías seguir trabajando aquí, en “Rebeca Sanver”?

No, porque ellos querían que siguiese trabajando en la empresa, pero en China. Es cierto que no tenía que establecerme en ese país asiático, era un ir y venir, tres meses allí, uno aquí, pero, en ningún caso, contemplaban la posibilidad de que siguiera en la empresa de Elda como hasta ese momento.

¿Fue difícil tomar esa decisión?

Muy difícil. No me hacía mucha gracia el proyecto de China, principalmente, por el idioma y la cultura, y México estaba a miles de kilómetros de Petrer, así que no fue nada fácil tomar esa decisión.

Supongo que tuviste que, también, tener en cuenta a tu familia

Por supuesto, pero, coincidió que, en esos momentos, mi matrimonio tenía algún que otro problemilla, así que, finalmente, me separé y dejé a mi hijo Aitor, que tenía tres años, aquí con su madre.

Por eso te digo, que fue difícil tomar la decisión porque lo dejaba todo, la familia, los amigos, el entorno y, además, no disponía de mucho tiempo para decidir mi futuro profesional.

Entonces, ¿las negociaciones también fueron rápidas?

Pues, empecé a negociar con la empresa mexicana a principios de septiembre y el 5 de octubre de 2005, subí a un avión y volé a México, con un par de escalas durante el vuelo.

¿Cómo fue el “aterrizaje”?

La verdad es que fue muy complicado por la manera de ser y de trabajar, es una cultura totalmente diferente a la nuestra.

Fue difícil, hasta el punto de que, durante los primeros meses, llegué a renunciar al trabajo al menos diez veces y, a día de hoy, después de casi 18 años, todavía me cuesta trabajar con ellos. Aunque, después de muchas crisis de ansiedad, ya estoy mucho más acostumbrado y ya es más llevadero.

Complicado y difícil, ¿por qué?

Principalmente, por la falta de compromiso con el trabajo. Por ejemplo, un lunes pueden faltar varios trabajadores porque el día anterior no habían llegado a casa en condiciones. Otro ejemplo, el ahorita, allí pueden ser tres semanas y eso, en ocasiones, es desesperante porque el trabajo tiene que salir. Allí, el ahorita no es lo mismo que nuestro “ahora”.

Y, desde que llegaste, ¿sigues en la misma empresa?

Así es, sigo en Jean Pierre, Manufacturera de Calzado Fino. Empecé llevando la sección de desarrollo y, poco a poco, fui asumiendo más responsabilidad, llegando a estar al frente de diseño y de todo lo relacionado con las operaciones comerciales, toda una locura.

Ahora, la situación ha cambiado porque tras fallecer el dueño de la empresa, han tomado las riendas de la misma sus hijos y me han ido descargando de responsabilidades.

A pesar de esos cambios, mi intención es seguir con ellos y jubilarme en la empresa por la que yo decidí hace ya casi 18 años dejar Petrer y establecer mi residencia en la ciudad mexicana de León.

Y, al día a día, ¿también te costó adaptarte?

Tampoco fue fácil, todavía cuesta, pero hasta el año de estar allí no fue sencillo. El rehacer mi vida, casarme y tener una hija, ha sido fundamental para no haber tirado la toalla en más de una ocasión. Probablemente, si no hubiera conocido a mi actual mujer y hubiera formado una familia no seguiría en México.

¿Qué es lo que más echas de menos de Petrer?

Por supuesto mi familia, mi madre y mi hijo, los amigos, la comida, pero con el paso del tiempo, uno se va acostumbrando. También, echo mucho de menos las Fiestas de Moros y Cristianos. Desde que vivo en la ciudad mexicana de León, el mes de mayo nunca lo he llevado bien.

¿Por qué?

Los primeros años cuando comenzaban las Fiestas de San Bonifacio era una “depresión” absoluta, incluso, lloraba. Cuando uno es festero, estar lejos de casa esos días no es fácil, uno se va acostumbrando, pero cuando escucho el pasodoble “Petrel” los pelos se me ponen de punta, eso no ha cambiado.

Ahora, ya lo llevo mucho mejor y el fin de semana de las Fiestas de Moros y Cristianos, suelo preparar algo especial en casa e invitar a los amigos y a la familia.

Por último, Roberto, ¿volverás a vivir a Petrer?

No, creo que no. Si ahora estoy de vacaciones aquí es por mi hijo y mi madre. No obstante, sí que me gustaría poder venir con mi mujer para que viviese desde dentro las Fiestas de San Bonifacio, desde el primer día.

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