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martes, 7, mayo, 2024
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Desde Gaza a Petrer, un camino de horror y de miedo a poder perder la vida

Por: Amparo Blasco Gascó

No ha sido nada fácil, todo lo contrario, ha sido una odisea la que ha vivido la familia de Kamel para poder abandonar Gaza y viajar a España. Un camino de sufrimiento, en el que temían poder perder la vida y de desolación y tristeza que esta familia hispano-palestina ha tenido que recorrer tras semanas padeciendo intensos bombardeos, día y noche, en Gaza City

Por mucho que uno se quiera imaginar el horror que se está viviendo en Gaza no es ni, remotamente, comparable con lo que muchas familias palestinas han tenido que vivir hasta pasar la frontera, llegar a Egipto y viajar a otro país. Toda una odisea en la que han temido perder la vida y lo han hecho con una impotencia, desolación, tristeza y sin dejar de sufrir por los familiares que dejan allí y por haber comprobado, en primera persona, cómo las bombas han destrozado sus casas, hospitales, colegios e infinidad de edificios, calles o parques.

Un ejemplo claro de ese sufrimiento y de ese miedo a quedarse en el camino es el que ha vivido la familia de Kamel que hace un par de semanas dejó Gaza atrás junto a su mujer Dalal, su hijo de 11 años Basem, otros dos hijos mayores y la madre de los mismo, segunda esposa de Kamel, tres nietos pequeños, unos mellizos de 6 años y un bebé de 18 meses, y una nuera.

Lograr salir de Gaza no fue nada fácil para ellos, lo intentaron en más de una ocasión y, como el refrán dice, a la tercera fue la vencida.

Ante la intensidad de los bombardeos, noche y día, sin cesar, sin poder descansar ni dormir, consideró que había llegado el momento de abandonar Gaza y regresar a España ya que gran parte de su familia tiene la doble nacionalidad, hispano-palestina y, además, sus tres hijos mayores fruto de su primer matrimonio son españoles y residen en distintos municipios de nuestra comarca como es el caso de su hija, Nasrin, que vive en nuestra localidad.

El primer tramo del trayecto, desde Gaza City hasta el Paso Rafah, lo hicieron en coche mientras que los últimos siete kilómetros hasta la frontera con Egipto fueron a pie. Un total de siete kilómetros interminables porque a todo el que quiere salir le pesa el poder llegar tarde, después de que la Embajada Egipcia haya anunciado los nombres de las personas que dejan Gaza y entre ellos estén los de la familia.

Una vez en tierras egipcias, viajaron a la ciudad de El Cairo y, tres tres días después, volaron hasta la Base Militar de Torrejón de Ardoz.

Una vez allí, si disponían de vivienda y manutención continuaban ya solos con sus propios medios mientras que al resto los desplazaron a Centros de Acogida de Cruz Roja en Badajoz, Asturias y País Vasco.

Así que, una vez en España, la familia de Kamel no pudo permanecer unida. Él, junto a su tercera esposa y el hijo de ambos, viajó a Petrer, donde desde hace tiempo está empadronado ya que el cabeza de familia iba a Gaza, de forma intermitente, para visitar a parte de sus hijos y al resto de los familiares que están acogidos en un “albergue” de esa ONG en Badajoz.

Aunque ya están a salvo de los bombardeos de Israel sobre Gaza, los problemas continúan para esta familia que lo que más desea, a día de hoy, es poder reagruparse y empezar una nueva vida en nuestro país.

Al ser una familia hispano-palestina, el Ministerio de Inclusión les ha informado que para poder acceder a un subsidio por desempleo que les ayude a iniciar una nueva vida, deben de solicitar primero el certificado de español repatriado. Pero para ello, por ejemplo, los hijos de Kamel, que se encuentran en el Centro de Acogida de Badajoz, deben de justificar que, al menos, han estado trabajando un año de los últimos seis, cuando en Gaza las administraciones no están operativas y deben de estar empadronados en algún municipio del territorio español, de momento imposible.

Esta nueva situación a la que tienen que hacer frente los repatriados de Gaza con doble nacionalidad, según la familia de Kamel, es fruto de la improvisación, porque no se están activando protocolos de protección internacional, ni se han establecido medidas, ni se han abierto las líneas de financiación como se ha hecho en otros casos de conflicto bélico, el más reciente la guerra entre Ucrania y Rusia.

Por esa doble nacionalidad disponen de los mismos recursos que el resto de españoles, pero la situación de esta familia no es la misma que la del resto de la población. No hay que olvidar que vienen de una guerra, con lo puesto y poco más, muchos de ellos sin hablar nuestro idioma y muchos otros sin ningún familiar que les pueda ayudar aquí.

Al menos, tanto el Ayuntamiento de Petrer como la Asamblea Local de Cruz Roja, en la medida de sus posibilidades, han mostrado su apoyo a esta familia. Un apoyo que se ha traducido en la tramitación de una ayuda para que Nasrin pueda acondicionar su casa para que, de momento, su padre y su esposa y su hermano pequeño puedan vivir con ella; en la gestión de la escolarización de Basem de 11 años y en que madre e hijo aprendan español asistiendo a clases que se están impartiendo en las dependencias de esa entidad social.

La incertidumbre sigue siendo una realidad para esta familia. Los hijos y nietos de Kamel que se encuentran en el Centro de Acogida de Badajoz deben de abandonarlo, más pronto que tarde.

Aunque Nasrin está convencida que Cruz Roja no los va a dejar en la calle, también es consciente que debe de seguir luchando y buscando recursos para que, cuanto antes mejor, la familia pueda reagruparse.

Una vez estén todos juntos podrán ir cerrando heridas, descansar y empezar a pensar iniciar una nueva vida, aunque sea lejos de Gaza.

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