Bitrir-Petrer en tiempos de Jaime I
Desde hace unas décadas, el mes de noviembre en Petrer resuena a
fiesta de moros y cristianos, en concreto con La Festa dels Capitans
en la que se rinde homenaje a estos cargos festeros con numerosas y
variadas actividades. Entre ellas se representa anualmente la obra
teatral escrita por Paco Máñez titulada La Rendició, en dos
escenarios distintos: en el Teatro Cervantes (la primera parte), y a
las puertas del castillo (la segunda parte). Se realiza el domingo
más cercano al día 18 de noviembre, fecha en la que en el año
1265, la población mudéjar rebelde de Bitrir-Petrer, se rinde al
rey Jaime I el conquistador.
Gracias a los restos conservados en el
castillo y a las intervenciones arqueológicas dirigidas por Concha
Navarro en la explanada a finales de la década de los ochenta del
siglo pasado, podemos hacernos una idea, más o menos precisa, de
cómo era el poblado en el siglo XIII, que difiere notablemente con
la imagen que tenemos en la actualidad. Hay que empezar por decir que
la situación estratégica del poblado fortificado de Petrer,
denominado hisn Bitrir por las fuentes escritas musulmanas, era muy
importante, ya que desde aquí se dominaba prácticamente todo el
valle medio del río Vinalopó.
Lo primero que verían las tropas del
monarca aragonés al llegar a nuestra zona sería en lo alto del
cerro una torre y una imponente muralla de tapial, construida en la
zona más accesible del mismo para proteger a la población que se
encontraba en su interior, en lo que actualmente denominamos
explanada del castillo. Los habitantes, eran mudéjares, o lo que es
lo mismo, vecinos y vecinas musulmanes que, tras la división de
estos territorios por el Tratado de Almizra (1244), vivían en el
reino de Castilla bajo el dominio del señor feudal pero a los que se
les reconocía el derecho a usar su lengua, su religión y usos y
costumbres propias de su comunidad. Sin embargo, la nueva ordenación
territorial deja sin la posesión de la tierra que ahora cultivarán
en régimen de vasallaje.
Una pequeña guarnición militar
controlaría a la población en nombre de García Jofré de Loaysa,
señor de Petrer. La torre contiene en su interior el único aljibe
que tenía el castillo en ese momento, ya que con el paso de los
siglos se construirían otros dos. En este pequeño espacio abovedado
de unos seis metros cuadrados se recogería el agua de la lluvia y
serviría para poder disponer de agua sin tener que salir de la
muralla. Debemos de pensar que entre la torre y la muralla inferior,
donde actualmente están las casas-cueva, existirían numerosas
viviendas ocupando prácticamente todo el espacio existente, algunas
de ellas adaptándose a la roca del cerro por las marcas que quedan
visibles todavía.
Existirían estrechas calles y las casas tendrían
varias habitaciones y patios centrales, contado algunas de ellas con
ricas decoraciones como nos muestran los restos de las yeserías de
las puertas que se pueden contemplar en el Museo Dámaso Navarro y
con ajuares domésticos formados por tinajas, cuencos, jarros,
alcadafes o lebrillos, junto con otros objetos de uso doméstico.
Además de las casas del interior del recinto fortificado, también
se han documentado otras en calles de alrededor que podrían
plantearnos la hipótesis de que en los últimos momentos de dominio
musulmán, el poblado estaba totalmente ocupado y las viviendas se
tenían que edificar en el entorno, aunque al amparo de la muralla.
Aun teniendo todos estos datos arqueológicos, sería muy aventurado
hacer una estimación precisa de la población que podría vivir a
mediados del siglo XIII en Bitrir-Petrer. Por último, rodeando al
núcleo habitado, en sus inmediaciones existiría el cementerio
mudéjar donde los habitantes enterrarían a sus difuntos y que
estaría en uso hasta la expulsión de los moriscos en 1609, en lo
que hoy es el actual paseo de la Explanada, donde en varias
intervenciones se han recuperado varios enterramientos.
PARA SABER MÁS
La Diputación Provincial de Alicante editó el
año pasado el libro Petrer. Arqueología y museo, que era el volumen
que acompañó a la exposición de la colección del Museo Dámaso
Navarro en el MARQ de Alicante. En la publicación contamos con tres
artículos que pueden ampliar este tema como son los escritos por la
arqueóloga Concha Navarro, titulados “El poblamiento islámico de
Petrer” y “El castillo. Protagonista de la historia medieval de
Petrer” y el escrito por el también arqueólogo Pedro Jiménez
titulado “Las yeserías andalusíes de Petrer (Bitrir) y Puça.