Plagas más comunes del olivo y la viña
Esta
semana, en esta sección, nos vamos a centrar en las plagas más
comunes que suelen afectar, durante esta época del año, tanto al
olivo como a las viñas
Una
de las plagas más frecuentes que afecta al olivo es el repilo por lo
que es aconsejable vigilar las hojas de nueva creación especialmente
en aquellas parcelas que ahora tengan presencia de forma visible esta
enfermedad en las hojas del año anterior puesto que este hongo es el
responsable de las nuevas infecciones que en estos momentos a simple
vista ya que se encuentra en fase de incubación. El técnico
agrícola de la Cooperativa Agrícola de Petrer, Nuria Cerdán, ha
explicado que este repilo “Incubado” puede detectarse sumergiendo
las hojas nuevas, durante 5 minutos y a temperatura ambiente, en una
disolución de agua con sosa cáustica.
Además, ha advertido que hay
que llevar cuidado con la sosa puesto que puede producir quemaduras,
por lo que aconseja que se maneje con mucha precaución. Ha añadido
que para realizar esta prueba en 20 olivos de la parcela se cogerán
20 hojas nuevas que estén totalmente desarrolladas, es decir, un
total de 400 hojas, si se comprueba que más del 1% de ellas están
afectadas por el repilo “incubado” se recomienda proteger esta
nueva brotación con fungicidas penetrantes, a los que habría que
añadir un fungicida de contacto si al mismo tiempo se observa repilo
“visible” en la brotación vieja. También, ha comentado que en
el tratamiento contra el repilo se deben de utilizar productos con
poder de penetración como difeconazol, dodina, kresoxim-mentil,
tebuconazol y trifloxistrobin así como productos de contacto como
compuestos de cobre, mancozab, compuestos de cobre+fungicidas
orgánicos.
Respecto
a la viña, ha apuntado que debido a la poca vegetación espontánea,
como consecuencia de la escasez de precipitaciones, es previsible que
en estos meses se produzcan en las vides ataquen de gusanos grises y
gorgojos durante la brotación de las viñas. En estos casos se
aconseja, ha aclarado la técnico agrícola, mantener las malas
hierbas el estado fenolígico F, es decir, hasta que los racimos sean
visibles para que la plaga permanezca en las malas hierbas y no
afecte la cepa. También, ha subrayado que el tratamiento con
clorpirifos se debe de realizar en el momento se observen las
primeras yemas mordidas.