Un hábitat singular: las casas-cuevas de la muralla
Las casas-cueva son un espacio ideal para que los más mayores
rememoren un tiempo pasado y los más jóvenes conozcan unos modos de
vida muy distintos a los que vivimos hoy en día.”
Fernando E. Tendero y Desirée Valenzuela (2009)
El ser humano ha utilizado diversas construcciones para hacerlas
su hogar. Una de ellas ha sido la casa-cueva. Son viviendas excavadas
en el terreno, de estructura muy sencilla, que contaban con las
habitaciones imprescindibles y una condición climática muy
agradable, con una temperatura situada entre los 18 y 20 ºC todo el
año.
Sabemos que en Petrer había viviendas de este tipo ya en 1860
y que a mediados del siglo XX existían más de doscientas
casas-cueva repartidas por el término municipal, aunque la mayoría
de ellas se concentraban en la rambla de Puça (coves del riu); en
las laderas del Castillo (coves del castell y coves de la
Bienvenida); y en partidas rurales como Aiguarrius, Pepiosa, el
Forcat y la Llobera.
La mayoría fueron excavadas en la década de
los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, siendo usadas como
segundas residencias.
En relación a las casas-cueva existentes en la
ladera del Castillo, a principios del siglo XX, la parroquia de San
Bartolomé, que era la propietaria del cerro, alquiló a las familias
más necesitadas de Petrer los terrenos que rodeaban la fortaleza
para que pudieran excavar sus casas-cueva, vendiéndoselas o
donándoselas entre 1958 y 1961.
A finales de los 70 asistimos a su
abandono y a la compra de muchas de ellas por parte del Ayuntamiento.
En la restauración de la fortaleza se tapiaron las cuevas del lado
izquierdo de la muralla y se restauraron las del lado derecho
correspondientes a tres viviendas.
En 1991 el Ayuntamiento dejó este
espacio a la Colla de Dolçainers i Tabaleters “El Terròs” para
sus ensayos, permaneciendo allí hasta el año 2002. En 2008 se
rehabilitan permitiendo recuperar uno de los lugares más pintorescos
de nuestra villa con un enorme atractivo arquitectónico y cultural
que ha sido aprovechado por el Museo “Dámaso Navarro” como una
extensión museística más. La exposición se estructura en dos
partes: una primera en la que se recrea la vivienda de mediados del
siglo XX, con sus habitaciones y objetos cotidianos; y otra dedicada
a los oficios y a las actividades tradicionales de la villa.
Desde su
apertura ha sido visitada ya por miles de personas. Las visitas
guiadas son de martes a domingo en pases a las 11, 12 y 13 h.