La volta a la Serra del Cavall
Se trata de un grupo de amigos de Petrer, empleados de banca y
administrativos, algunos ya jubilados, formado por Juan Carrillos,
Juan Millá, Antonio Joaquín Navarro, José Mª Navarro y Pablo
Carrillos Francés.
Han escogido la ruta de la vuelta a la Serra del
Cavall porque es una de sus preferidas. Es una excursión sencilla,
suave, sin apenas desniveles y discurre por parajes muy bonitos y
singulares como el Arenal, la umbria de Marcos, Caprala, l´Avaiol,
inmediaciones de Cárdenes y Puça.
El grupo sale de la población por la rotonda de la Bassa el Moro,
pasa por debajo del puente de la autovía y coge el camino de la
izquierda que trascurre paralelo a la autovía. Pasan por delante del
Caserío de Santa Bárbara. Siguen por la carretera de l´Almorxó
hasta que se acaba el asfaltado, continuando por el camino de tierra
que pasa por los pies del Arenal, junto a la caseta de información.
Continúan por el camino ancho de tierra que les conduce a la Casa
Marcos, un antiguo caserón que amenaza ruinas jalonado por unos
legendarios pinos que nos avisan que ya estamos a las puertas de
Caprala.
De la casa Marcos hay que bajar por la izquierda a la
rambla, vadeándola para coger el camino que continúa paralelo a la
misma hasta el caserío de la alquería de Caprala, donde el camino
de nuevo es asfaltado. A la altura de la casa rural de la Esperanza
hay que girar a mano derecha para bajar de nuevo en dirección a la
rambla, atravesar el puente y por la frondosa pinada de la umbría de
Marcos llegar hasta el antiguo emplazamiento del campamento, enfrente
de la Casa de la Bassa.
La excursión se topa de nuevo con la rambla y por su cauce se
llega a un desnivel que se salva mediante un pequeño sendero a mano
derecha que los devuelve de nuevo al camino. Existe un camino para
vehículos que asciende y desciende por la ladera del monte que tiene
colocadas sendas cadenas para restringir el uso de vehículos. Hay
una bifurcación de caminos, uno a la derecha, que va al albergue de
la Diputación (Avaiol de Baix) y otro a la izquierda, en dirección
a l’Avaiol más genuino que es por donde se encaminan los
excursionistas.
Pasan por delante de la casa de Villaplana. Es hora
de reponer fuerzas y para ello el grupo elige un lugar de las
estribaciones de la parte norte de la Serra del Cavall, buscan una
buena sombra bajo los pinos y sacan su bocadillo, su agua, refresco o
cerveza, según los gustos. Acabado el tentempié reemprender la ruta
ciñéndose siempre a la derecha, porque al otro lado van encontrando
ramales que llevan a la Costa o Les Fermoses. Pasan la Cova de
Samuel, antaño legendario refugio de cazadores, y tras pasas el
cruce de caminos que llevan a la Costera Blanca a la izquierda y al
Alt de Cárdenes a la derecha, en unos minutos, tras bordear el Alt
del Alturó, se divisa ya la partida rural de Puça.
Por la Colada de
la Lloma se desciende hasta esta antigua alquería árabe donde se
encontraron unas bellas yeserías y otros restos arqueológicos.
Hasta el último tercio del siglo pasado de ambos márgenes de la
rambla de Puça brotaban dos manantiales de abundante agua: el de
Puça y el de la Bienvenida pero la sobreexplotación de los
acuíferos acabó con ellos. El camino de regreso pasa por delante de
las casas de la Lloma de Dalt y de la Lloma de Baix, dos antiquísimas
casas de labranza bien conservadas.
Se llega al restaurante Molí la
Reixa, un antiguo molino harinero reconvertido en casa de comidas. A
partir de ahí, por el sendero del cauce de la rambla se pasará por
las ruinas de antiguos molinos que utilizaban la fuerza motriz de la
mina de Puça para moler el trigo o la pólvora, ya que uno de ellos
se utilizaba para estos menesteres. Junto al Molí del Turco hay un
manantial de agua potable que invita a refrescarse del camino. De
este punto al pueblo es un paseo.
