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miércoles, 24, abril, 2024
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El yacimiento romano de Caprala: ¿Es una villa rústica?

El yacimiento romano de Caprala: ¿Es una villa rústica?

Muchos petrerenses tienen conocimiento del asentamiento romano existente en el centro histórico de nuestra población y que llamamos Villa Petraria, ya que en el año 1975 se descubrieron en la calle Constitució las dos porciones de grandes dimensiones del mosaico, además de otros materiales cerámicos fragmentados como platos, cuencos o ánforas, y monedas de la época. Más recientemente se excavó la zona artesanal romana con los hornos en la calle La Font, lo que nos indica que en el entorno de la Plaça de Baix y alrededores nos dan indicios para pensar que existió una magnífica villa que estuvo activa durante toda la época imperial romana.

Lo que igual desconocen es que en este periodo histórico Villa Petraria no fue el único asentamiento romano, sino que hubo más como ahora veremos. En el término municipal contamos con varios yacimientos documentados de esta época, además de Villa Petraria, y que son: El Chorrillo, Els Castellarets, La Gurrama y Caprala. En esta ocasión conoceremos mejor el asentamiento agrícola de Caprala, que supone un claro ejemplo del uso de las tierras fértiles que podemos encontrar en ese privilegiado paraje.

Los restos que se han encontrado de este pequeño centro de producción romano localizado a los pies de l’Alt de la Creu, se conocen desde el año 1966 cuando varias ánforas completas para el transporte de vino fueron recuperadas por la Sección de Arqueología del Centro Excursionista Eldense y, unos años más tarde, el Grupo Arqueológico Petrelense también pudo prospectar la zona para localizar fragmentos de cerámica que se encontraban sobre el terreno, al ser removidos por las labores agrícolas posteriores.

Algunas de estas piezas se podían observar en el antiguo Museo Dámaso Navarro y se verán en el nuevo. Entre los materiales arqueológicos de la villa agrícola está la vajilla de uso cotidiano con platos o cuencos, algunas sin ningún tipo de decoración y otras con decoración pintada. También hay fragmentos de cerámica de mejor calidad procedente de la península Itálica, del sur de la Galia, Hispania y del norte de África gracias a las importantes relaciones comerciales existentes entre todas las provincias del imperio.

Además de estas muestras de la vida cotidiana de las personas que vivían en Caprala hace casi dos mil años, también se encontraron restos arquitectónicos que todavía son visibles en el yacimiento debido a la dificultad técnica que conlleva su traslado. En concreto es un enorme contrapeso de una prensa de torno que pudo ser utilizado para la producción de aceite o de vino, y que estaría relacionado con los restos de una balsa o depósito construido con hormigón romano e impermeabilizado con un material denominado opus signinum, que se consigue con una mezcla de arena, cal, agua y cerámica machacada.

 Con todas las pistas que nos ha dado este yacimiento a través de los restos materiales que nos han llegado hasta nuestros días, se puede considerar que en Caprala, entre mediados del siglo I y finales del siglo II d.C., existió junto a la rambla una villa rústica o granja romana trabajada por población ibérica romanizada o esclavos adaptados a los modos de producción romanos.


PARA SABER MÁS:
 Si quieres conocer más sobre Caprala y el periodo romano petrerense, puedes consultar el capítulo titulado “Roma en Petrer. Arqueología y Museo” de Juan Carlos Márquez Villora, arqueólogo municipal eldense, dentro del catálogo de Petrer, Arqueología y Museo.

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