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viernes, 26, abril, 2024
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“Las Trovadoras”, primera fila de mujeres de LOS ESTUDIANTES

Texto: Amparo Blasco Gascó

“Las Trovadoras” fue la primera fila de mujeres del bando cristiano que desfiló en las Fiestas de San Bonifacio. Era el año 1970 cuando un grupo de jóvenes adolescentes aterrizaron en la comparsa Estudiantes, gracias al ímpetu de Joaquina Herrero, madre de una de ellas.

Corría el año 1969, Petrer ya había celebrado sus Fiestas de Moros y Cristianos en honor a San Bonifacio, cuando una festera, en plena adolescencia, Reme Pujol Herrero, se niega a seguir desfilando suelta junto a su prima en la comparsa Estudiantes.

Ante esa negativa, su madre Joaquina Herrero le propone la posibilidad de constituir una fila, una propuesta que fue recibida con mucha alegría e ilusión pero, también, con cierta preocupación puesto que ninguna comparsa del bando cristiano contaba con una fila de mujeres.

Otra preocupación que rondaba por la cabeza de esa joven adolescente era cómo iba a encontrar a más chicas de su edad que compartiesen con ella esa ilusión.

Los temores pronto desaparecieron gracias al ímpetu de Joaquina que lo primero que hizo fue ponerse en contacto con el presidente de los “Estudiantes” de aquella época, Antonio Mira, conocido por todos como “El Xulla”, para que la comparsa  y la Unión de Festejos dieran el visto bueno a la incorporación de una fila de chicas.

Mientras esperaba la respuesta de la comparsa, la madre de Reme Pujol llevó a cabo una serie de llamadas de teléfono y, en un “abrir y cerrar de ojos”, ya contaba con otras siete adolescentes que compartían con su hija la ilusión de desfilar como fila en las Fiestas de San Bonifacio.

En ese momento, comenzó la cuenta atrás para Mª Rosi Montesinos Ferrándiz, Fini Hernández García, Elvi Blay Vicedo, Nati Amat Beneito, Mª Dolores Barceló Rodríguez, Susi Maestre Rodríguez, Rosa Herrero Blanquer y Reme Pujol Herrero.

Siempre de la mano de Joaquina y del resto de madres, empezó todo el proceso de diseño y confección del traje que estrenarían en su debut como fila de los Estudiantes, en el año que la abanderada de los “Estudiantes” era Feli Tortosa Moll.

Las telas las compraron y fue Joaquina, con la ayuda de alguna madre, la encargada de diseñar y confeccionar el traje hasta el tocado, que era un gorrito de trovador, de ahí el nombre de la fila.

No solo fueron pioneras por ser la primera fila de mujeres del bando cristiano sino, también, porque optaron por un pantalón corto cuando, en la comparsa Estudiantes, hasta ese momento, el pantalón de mujer era siempre por debajo de la rodilla.

El primer traje de gala que estrenaron era rosa y dorado y se complementaba con el gorrito de trovador con pluma amarillo dorado, unas botas negras de caña hasta media pierna y con un palito del que colgaban las típicas cintas estudiantiles y cascabeles que, todas ellas, incluida la cabo de fila, portaban en la mano.

Cuando se iban acercando las Fiestas de San Bonifacio de 1970, como nunca habían desfilado como fila, decidieron ensayar en el patio de la casa de Reme Pujol, ante la atenta mirada de Joaquina que les iba guiando y rectificando cuando no lo hacían correctamente.

Llegado el inicio de las Fiestas, los nervios de ese grupo de jóvenes adolescentes estaban a flor de piel pero eso no fue ningún impedimento para que las disfrutasen y las viviesen intensamente desde el primer instante.

El primer año, como a todas les daba vergüenza hacer de cabo, colocaron delante de la fila a la más pequeña, Rosa Herrero, y, además, como para dar la vuelta o girar desfilando eran un desastre, decidieron hacer el caracol delante de la Tribuna de Autoridades. Todo menos quedarse en casa y dejar de participar activamente en las Fiestas de Moros y Cristianos.

Desde el primer día, se sintieron muy arropadas y queridas por la comparsa. Prueba de ello fue que siempre desfilaron delante de la fila Trovadores o de Los Catedráticos.

También, las Fiestas de San Bonifacio de 1971 fueron muy especiales para estas festeras estudiantiles puesto que ese año la Unión de Festejos, siendo presidente en ese momento Luis Vera, organizó un concurso a la mejor fila y cabo de cada bando. Para sorpresa de todas ellas, “Las Trovadoras” se alzaron con el premio a la mejor fila y cabo del bando cristiano, subiendo a recoger el trofeo al Castillo de Embajadas. El trofeo a la mejor fila y cabo del bando moro lo recogió la fila Zulúes de la comparsa Moros Damasquinos, actuales Moros Viejos, y fuera de concurso, Luis Vera, entregó un tercer trofeo a “La Chusma”.

Esa copa, en un primer momento, pasó una semana en casa de cada una de ellas pero, finalmente, decidieron ponerle el nombre de todas y entregárselo a la comparsa en agradecimiento a la bienvenida y al trato que habían recibido.

Después de dos años desfilando, decidieron modificar el traje de gala, incorporando el color negro, tanto en el pantalón como en la casaca, y renovando el tocado aunque manteniendo el estilo trovador.

Pero, además, volvieron a romper como lo habían hecho con el pantalón corto en 1970, en esta ocasión, con unas botas por encima de las rodillas, una moda que nunca se había visto en Petrer.

Unas botas que, al igual que las primeras de caña por media pierna, se fabricaron en la fábrica “Talismán”, a iniciativa del padre de Reme Pujol que trabajaba en esa empresa como viajante.

Tras las Fiestas de San Bonifacio de 1973, “Las Trovadoras” dijeron adiós a la comparsa y a desfilar en su comparsa como fila, aunque parezca un poco inverosímil, la “culpable” de esa despedida fue la bandera de los “Estudiantes”. Tres de ellas fueron abanderadas de forma consecutiva, en 1973 Fini Hernández, en 1974 Reme Pujol y en 1975 Susi Maestre. Como en las Fiestas de Moros y Cristianos de Petrer, la abanderada ocupa un lugar destacado en las Fiestas del siguiente año, a partir de la segunda bandera se quedaron tan sólo seis y ya no pudieron seguir participando como fila.

Fueron cuatro Fiestas de San Bonifacio que nunca olvidarán, que les permitió vivir, en primera persona, cada uno de los actos con intensidad y emoción, que el cansancio para ellas no existió, poniéndose el traje a primera hora de la mañana para quitárselo cuando concluía el último acto del día. No hay que olvidar que en aquellos años las comparas no contaban con el traje oficial como hoy en día.

La pandemia imposibilitó conmemorar el 50 Aniversario del nacimiento de la primera fila femenina de la comparsa Estudiantes y del bando cristiano. Es ahora cuando, después de más de medio siglo, 50+3, han vuelto a reunirse alrededor de una mesa para recordar esas Fiestas de San Bonifacio que vivieron y disfrutaron todas juntas, acudiendo a cada uno de los actos. Y lo hacen con la misma ilusión y alegría que cuando debutaron.

Aunque las protagonistas son Reme, Elvi, Fini, Nati, Mª Dolores, Susi, Rosa y Mª Rosi, podemos decir que Joaquina fue el “alma máter” de “Las Trovadoras”. Una mujer muy avanzada para aquellos años y muy querida en su comparsa que hizo posible que la ilusión de un grupo de niñas adolescentes, con edades entre los 10 y 13 años, se hiciera posible.

Una festera, hija de uno de los fundadores de los “Estudiantes”, comprometida con las Fiestas de San Bonifacio y con su comparsa a la que representó como abanderada que, antes de dejarnos, fue nombrada “Becaria de Honor” y homenajeada por la Unión de Festejos.

Nunca se sabe lo que la vida nos puede deparar, así que, igual las vemos desfilar otra vez con su comparsa, los Estudiantes.

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