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lunes, 6, mayo, 2024
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Enrique Albert Verdú

“Albert Hispano”, escritor

Aunque lleva toda una vida escribiendo, Enrique Albert Verdú ha decidido ahora publicar su primera novela, “Campeador, el origen”. El primer volumen de una tetralogía que gira alrededor del personaje histórico de Rodrigo Díaz Vivar, “El Cid Campeador”

Enrique, aunque sólo has publicado una novela, “Campeador, el origen”, ¿desde cuándo escribes?

Hace muchísimo tiempo. A los nueve años, estudiando en el IES Azorín, ya empecé a escribir, pero todo lo guardaba. Jamás he querido que nadie leyera esos escritos porque son muy íntimos y personales. Es más, he quemado mucho en la chimenea de mi casa, sobre todo lo que escribí durante la adolescencia y juventud porque es un mundo muy particular y personal que nada tiene que ver con el de los adultos.

Desde los nueve años, ¿hasta el día de hoy, no te habías planteado escribir?

Hasta ahora nunca había barajado la posibilidad de publicar un libro o una novela, a pesar de que siempre me ha encantado escribir porque me llena y me satisface. Hace unos quince años, decidí seguir escribiendo, pero para que mis hijos, en cierto modo, tengan un recuerdo de una de mis grandes pasiones que es la de escribir.

Pero, ¿novelas?

Sí, tengo varias escritas. Una de ellas la presenté al Premio Planeta de la edición de 2022 que se titula “Volverás a saber de mí”, una novela de género político y de ficción, con una trama policiaca con crímenes de ciudadanos británicos, que transcurre entre la ciudad argentina de Bariloche, Barcelona y las comarcas del Pallars y La Garrocha, Londres y la ciudad escocesa de Inverness. Mi intención es publicarla a finales de este año.

Otra es “La Sima del Tiempo”, en la que juego con la física cuántica, con la dualidad lugar-tiempo y que aborda el tema de la energía verde no renovable. Además, tengo una tercera novela a la espera de ver la luz, “Los antiguos”, un relato que traslada al lector a la época celta y en la que adquieren gran protagonismo los guerreros cántabros.

Volvamos a “Campeador, el origen”, es el primer libro de una tetralogía, ¿no?

Así es. Es una tetralogía que se completará con otras tres novelas que, todas ellas, giran alrededor del personaje histórico de Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid Campeador”. Los otros tres volúmenes, todavía sin publicar, son: “Campeador, la forja de un héroe”, “Campeador, Príncipe de Valencia” y “Martina, el Cantar de Vivar”.

En líneas generales, ¿cuál es la trama de la primera novela histórica de esta tetralogía?

La novela arranca en el año 1039 y en ella me centro, principalmente, en los abuelos y los padres de Rodrigo Díaz de Vivar, aunque yo lo apellido como Rodrigo Díaz Laín porque todo el peso específico de su rama genealógica, por parte paterna, principalmente, aunque también materna, es Laín. Mi deducción es que por lo notorios que son algunos de sus antepasados, entre ellos, el juez de Castilla Laín Calvo, le corresponde ese apellido.

Pero, ¿cuál es la historia de esta primera novela?

Narro como el padre de Rodrigo Díaz de Vivar es encumbrado a la élite de la milicia castellana, por salvar la vida de forma fortuita a la hija de un magnate de Castilla, lo que le permite casarse con la hija mayor de un caballero burgalés, adquiriendo fama y prestigio por su valor e inteligencia.

Por esa circunstancia, sus hijos, entre ellos el futuro “Cid Campeador”, crece y se educa en un ambiente palaciego y guerrero, a la vez que es asiduo del Monasterio de San Pedro de Cardeña, donde adquiere fortaleza de espíritu y cercanía al pueblo.

En este primer volumen de la tetralogía, se funden la vida de Diego Laínez y de su hijo “El Cid”, gracias a la fidelísima compañía del escudero de ambos. Martín Jimeno, que cumple la promesa a su señor Rodrigo de escribir las memorias de estos dos personajes históricos y de todas sus aventuras y desventuras que los rodean, no sólo en las batallas más sonadas sino, también, en la más cercana cotidianidad.

¿Cómo definirías a Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid Campeador”?

Vamos a ver, “El Cid” no sólo era un mercenario que luchaba únicamente por las monedas o por el oro, sino que, también, era una persona culta, un jurista y juez que tomó parte en muchos pleitos. No podemos olvidar que, aunque era un guerrero, se educó entre la clase noble, por lo que tuvo acceso a las bibliotecas.

En definitiva, era una persona firme, ambiciosa, despiadada e, incluso, cruel, pero, a la vez, comprometida con el pueblo llano y rebelde, en contra del poder.

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