Eduardo Álvarez López es un petrerense aficionado a tunear las carrocerías de coches de autocontrol con los que se saca un dinero extra. Una afición relacionada con otros de sus dos grandes hobbies, pintar y “pilotar” autos de radiocontrol
Desde hace menos de medio año, Eduardo dedica su tiempo libre a pintar carrocerías de coches de radiocontrol. Una afición que es fruto de su interés desde siempre por pintar y de su interés y curiosidad por el mundo del tuneo.
Pero que, además, muy relacionada con otros de los hobbies de este petrerense, el de “pilotar” coches de autocontrol, de ahí que pertenezca a Automodelismo Club Elda, una entidad que cuenta con el circuito “Tomás Monzó”, ubicado en el Parque del Vinalopó.
Como él mismo comenta, siempre le ha gustado pintar y le ha llamado la atención del arte de tunear, de decorar todo lo que caía en sus manos, pero dándole su toque personal.
Unas aficiones que le llevaron a interesarse por todo lo que tiene que ver con el tuneo de las carcasas de ese tipo de coches. Empezó tuneando las carrocerías de sus propios coches y, poco a poco, le han ido llegando otras propuestas.
Aunque no lleva mucho tiempo pintando carrocerías de coches de autocontrol, principalmente de la modalidad 1/8 TT, es decir, todoterrenos, ya ha empezado a hacer sus pinitos con encargos de clientes de la comarca, aunque también ha recibido encargos de Valencia y Castellón.
A día de hoy, reconoce que su técnica todavía es muy limitada, no se da por vencido y ha logrado abrirse camino en un mercado pequeño que cuenta con pocos, pero buenos profesionales en la materia.
Su intención no es dedicarse profesionalmente, ni vivir de pintar carrocerías de este tipo de vehículos teledirigidos, pero sí mejorar su técnica, especialmente, en lo que se refiere a plantillas, cortes limpios de chapistería y en lo que tiene que ver con la innovación.
Una afición con la que se saca un dinero extra, que nunca viene mal, para sus cosas y caprichos, pero para poco más puesto que se mueve en un mercado muy limitado y con unos precios nada desorbitantes, entre 40 y 50 euros por trabajo realizado.
Eduardo reconoce que las redes sociales son un buen trampolín para promocionarse como pintor de carrocerías de coches de radiocontrol. Sin embargo, considera que, en su caso, al ser una afición y no una profesión, es mucho mejor darse a conocer en las propias carreras que se celebran a lo largo y ancho de la geografía española puesto que es un buen escenario para establecer contactos.
La mayoría de sus clientes son “pilotos” de todoterrenos autodirigibles porque las roturas de sus carrocerías por los golpes que sufren en las carreras son más frecuentes y, dentro de lo limitado que es este mercado, las posibilidades de encargos de pintura son más frecuentes.
Entre cinco y seis horas son necesarias para tunear un vehículo de estas características, aunque, como este hobby lo tiene que compaginar con su trabajo en un almacén de tejidos y textiles de nuestra localidad, puede tardar varios días en hacerlo, dependiendo siempre de las horas de su tiempo libre.
De momento, está centrado en la pintura de carrocerías de coches de control remoto, pero no descarta ampliar su afición al mundo de los cascos puesto que la técnica de pintura es, prácticamente, la misma. No obstante, Eduardo matiza que ese paso, si lo da en algún momento, no tiene ninguna prisa en darlo, será cuando su técnica haya mejorado.
Es cierto que lleva pocos meses en el “tuneo” del chasis de los vehículos de radiocontrol, pero ya ha recibido algún que otro encargo algo peculiar. En uno de ellos, todavía por cerrar con el cliente, la propuesta es que sea alegórico a las sevillanas y que predominen los colores de la bandera de España, rojo y amarillo.
Mientras se cierra es encargo, la cabeza de Eduardo ya está dándolo vueltas al posible diseño con el que podría tunear esa carrocería que seguro que no pasará desapercibida en las carreras en las que compita.
