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viernes, 26, abril, 2024
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Descubriendo la circular del Cid

Descubriendo la circular del Cid

Por: Ramón García Pereira
Partiremos desde la Xabola del Forestal por una senda que nace a la izquierda del camino, donde terminan los bancales de Pla i Pito. Pero antes de comenzar, no debemos olvidar coger una pequeña piedra que nos acompañará durante la subida. El sendero en su parte inicial transcurre paralelo a la pista norte, entre pequeños pinos y un interesante espartal, para adentrarse más adelante en unos bancales de olivos con algún ciprés intercalado y donde al parecer a principios del siglo XX existía la tradición de acudir allí a tomar la mona de Pascua.

En apenas 10 minutos llegamos al apartadero de la pista, desde donde tomaremos el sendero que nace a la izquierda y que sube a un mirador. Desde aquí se puede observar las dos caras de la geografía del valle. Al noroeste, el lado de la civilización, con sus urbes, fábricas y centros comerciales; en la otra cara, la sureste, vemos la naturaleza, con los impetuosos cantiles de la Silla del Sit, su bosque de pinos, carrascas, enebros y coscojas. Después de una pequeña reflexión sobre este contraste de realidades retrocedemos por la misma senda hasta el apartadero y continuamos nuestro itinerario, por el ahora sendero y antaño camino de carros que conectaba a través del Collado de Benissa las casas del Cid con la partida de la Almadrava.

Descendemos hasta la Cova de Frescoreta, y continuamos por el sendero que sale justo desde el extremo izquierdo de la cueva y sube poco a poco hasta conectar de nuevo con la pista norte, justo en la parte que fue hormigonada en 1998. Desde aquí, echando la vista atrás, podemos divisar una peña que sobresale por encima de la repoblación en terrazas de pinos carrascos, el Puntal del Ginebre, donde se conservan los restos de un poblado de la Edad del Bronce, datado del II milenio antes de Cristo.

Desde este emplazamiento, nuestros antepasados tenían un amplio control visual sobre toda la comarca del Medio Vinalopó y podían comunicarse con los otros puestos de vigilancia de Mirabuenos y el Alt de Perrió. Subiremos por la pista norte dos curvas, hasta un llamativo pino plantado desde donde nace el sendero que nos lleva primero al Aljub del Sit y después a la majestuosa y encantadora Cova Perico, con unas llamativas madreselvas y un gran enebro a su entrada.

Bajaremos por el sendero de nuevo a la pista y la continuaremos esta vez en sentido a Petrer hasta la primera curva cerrada, donde un mojón de piedra nos anuncia el sendero popularmente conocido como ‘La radical del Cid’, que comienza zigzagueando entre un pequeño canchal, pasa por encima de la Cova Perico y rápidamente va ascendiendo por la Ombria del Mestre, con unas magníficas vistas de muchos rincones emblemáticos de nuestro entorno. Toda la senda está perfectamente indicada por mojones de piedra, ¡pero cuidado!, cuando lleguemos junto a la pared del Sit giraremos a la derecha, pues a la izquierda el sendero nos conduce a la conocida “vía de escape” de la Ferrata ‘La Norte del Cid’.

Unos metros más adelante encontraremos cuatro grapas de hierro que nos ayudarán a trepar un pequeño obstáculo, y en apenas 10 minutos estaremos en la cumbre, terminando nuestro sendero justo en el gran mojón de piedras del Sit, donde la tradición petrerense nos animará a depositar la piedra que nos acompañó toda la subida. Aprovechemos para divisar la costa y el no tan lejano mar Mediterráneo. La bajada la iniciaremos por el concurrido PR-CV-36 en dirección a Petrer, recuperado en su trazado original en 1995 gracias a los trabajos de mejora del colectivo Acció Ecologista Tarai que intervino con la intención de reducir los graves problemas de erosión que empezaban a hacerse patentes por la proliferación de atajos y la masificación de senderistas.

Seguiremos este sendero hasta la Penya del Sol, donde a mano izquierda comienza el popularmente conocido ‘Sendero de les Penyes del Sol’, cómo no, indicado por un mojón de piedra. Esta senda nos bajará, esta vez más suavemente por la cara Sur, muy frecuentada por los arruís, hasta la pista asfaltada de Els Xaparrals. Desde aquí nos dirigiremos hacia el llamativo Pouet del Pi de l’Aire y desde aquí cogeremos la antigua senda que recorría Els Xaparrals antes de la construcción del camino asfaltado y que en apenas 15 minutos nos conduce a nuestro lugar de partida. Un bonito recorrido que, con calma, nos llevará tres horas.

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