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viernes, 26, abril, 2024
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Peón Caminero, conservador de las antiguas carreteras

Todavía es posible ver en las proximidades del arcén de algunas carreteras unas antiguas construcción denominadas Casillas de los Peones Camineros. Fue el primer sistema de conservación de los caminos y carreteras de España que se estableció en el siglo XVIII. Una de ellas, se levantó en la Antigua Carretera Nacional 330, a su paso por el término municipal de Petrer, a unos metros del Cementerio Municipal. Allí permaneció hasta que, a mediados de los 80 del pasado siglo XX, se derribó con el fin de urbanizar la actual avenida Presbítero Conrado

Las primeras Casillas de los Peones Camineros empezaron a construirse en la segunda mitad del siglo XVIII, durante el reinado de Isabel II.

Según el reglamento que regulaba, en esa época, la figura de ese trabajador, tenía que encargarse de mantener en buen uso los caminos del tramo que se le encomendaba todos los días del año, desde la salida hasta la puesta del sol y denunciar a aquellos transeúntes que ocasionaban daños en las carreteras.

Los peones camineros, además, de reparar y mantener las vías de comunicación, se puede decir que eran como “policías de tráfico”.

Esta figura fue evolucionando con los años y modificándose el reglamento que las regulaba. Prueba de ello es que, a principios del pasado siglo XX, pasa a ser peón capataz y se crean las cuadrillas de peones.

Unos años más tarde vuelve a modificarse, convocándose plazas, a partir de ese momento, en cada capital de provincia. Para acceder a una de esas plazas, era necesario cumplir una serie de requisitos, entre ellos, ser mayor de 23 años y menor de 40, haber cumplido el Servicio Militar, no tener ningún defecto físico, medir al menos 1.62 metros de estatura, acreditar buena conducta y superar un examen práctico ante un tribunal.

Una de las cientos y cientos de esas casetas que se construyeron se levantó en el término municipal de nuestra localidad, a pocos metros del Cementerio Municipal, concretamente, entre el Campo Santo y los primeros inmuebles del barrio San Rafael.

Muchos de los vecinos de Petrer todavía se acordarán de ella porque se encontraba en bastante buen estado y no se derribó hasta mediados de la década de los 80 del pasado siglo.

A pesar de esa buena conservación dejó de formar parte del paisaje de esa zona de nuestra localidad cuando, en el año 1986, se decidió urbanizar la actual avenida Presbítero Conrado, una de las vías de comunicación del municipio más concurridas ya que es el nexo de unión entre el barrio San Rafael y el casco urbano de Petrer por el barrio El Guirney y, también de acceso a la vecina población de Elda.

En aquel momento, la Casilla de Peón Caminero no se integró en el proyecto de urbanización de esa avenida y ese pequeño inmueble pasó a formar parte de la historia de Petrer.

Como el resto de las esos inmuebles, el que sobrevivió, hasta hace algo más de 30 años en nuestra localidad, era de planta rectangular de 110 m2 y tejado a dos aguas con dos chimeneas. Nada más entrar a ella, se encontraba un sencillo salón-comedor con cocina y dos pequeñas alacenas y, a continuación, un par de dormitorios. Además, contaba con un patio interior de unos 70 m2 con leñero, retrete, cuadras y corrales, un aljibe de agua de lluvia y un horno para cocer pan. Mientras que la otra mitad de la casilla se utilizaba como almacén de herramientas y materiales de trabajo.

El Peón Caminero no solo tenía la responsabilidad de mantener en buen estado el tramo de carretera que se le había asignado sino, también, la casilla. Tenía la obligación de reponer los cristales y pequeños herrajes de las ventanas, blanquear las paredes del interior de la casa y no podían abandonarla sin una causa justificada.

Con el pasado de los años, las casetas de Peones Camineros empezaron a ser abandonadas en los años 60 del pasado siglo XX, convirtiéndose en almacenes de materiales y herramientas puesto que a los peones se les permitió marcharse a vivir a los pueblos cercanos.

Al contrario que, en nuestro pueblo, en otros municipios todavía se conservan. Un ejemplo es la que encontramos en Novelda que se encuentra integrada en una de las avenidas de esta población.

Las casas de Peones Camineros son un testimonio de cómo antaño se construían y mantenían los caminos y carreteras pero, además, con el desarrollo de la señalización de carreteras, en las fachadas laterales de estas se pintaron también carteles informativos con fondo azul y letras blancas, que indicaban las distancias a las principales poblaciones más próximas.

De Casilla de Peón Caminero a CAT

A diferencia de lo que sucedió en Petrer con la Caseta de Peón Caminero, la cercana población de Novelda todavía conserva una de las dos Casillas que contaba la antigua Nacional 330 a su paso por este municipio.

Es más, el desarrollo urbanístico de esa población no fue un inconveniente para salvar ese inmueble, conocido como “Casa San José”, puesto que está integrado en una de las principales vías de Novelda, la avenida Reyes Católicos.

Desde hace más de dos décadas, esta antigua Casilla de Peón Caminero de Novelda es sede del Centro Municipal de Desarrollo Infantil y Atención Temprana, siendo, además, desde mazo de 2015, de propiedad del Ayuntamiento de esta localidad tras la cesión gratuita y definitiva por parte del Ministerio de Hacienda.

Amparo Blasco Gascó

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