Limpieza de la Rambla de Puça
Se utilizará la partida presupuestaria de 10.000 euros que se consignó para este año
Maite Román Cano / La
concejalía de Medio Ambiente ha iniciado los trabajos de
mantenimiento de la zona ajardinada de la Rambla de Puça. Las
labores de mantenimiento se han ejecutado gracias a la partida que se
consignó en los presupuestos de 2017 con una dotación de 10.000
euros dedicada específicamente al mantenimiento y limpieza del tramo
de la rambla que discurre por el casco urbano.
La
edil de Medio Ambiente, Silvia Rodríguez, ha manifestado que es una
apuesta de la propia concejalía por resolver una cuestión que
llevaba muchos años sin solventarse. Ha añadido que desde que este
espacio fue cedido por la Confederación Hidrográfica del Júcar, el
Ayuntamiento nunca había asignado el mantenimiento de esta zona a
ninguna concejalía concreta y les parecía un error dado que a esta
zona era necesario consolidar una previsión de mantenimiento como
mínimo una vez al año. Por ello se ha querido destinar esa partida
específica para estos trabajos de mantenimiento y que además tenga
una continuidad.
La
edil ha resaltado que la rambla es un espacio muy querido y valorado
por los vecinos, sobretodo en estas fechas estivales cuando se
incrementa el uso. Las actuaciones de momento se han centrado en la
limpieza y desbroce de las sendas, reposición de vallado de madera,
arreglo de pasos y limpieza de basuras y escombros.
Así con todo,
Rodríguez ha manifestado el deseo de continuar con estas labores
durante este año en otras zonas de la rambla donde también se
necesita actuar como la zona del acueducto o el tramo de la rambla a
su paso por el campo de fútbol “El Barxell” y la gran superficie
anexa.
Por
último, Rodríguez ha apelado al civismo y al respeto por los
entornos naturales y ha subrayado el esfuerzo económico que supone
el mantenimiento de los espacios naturales cuyo deterioro “pagamos
todos”.
Ha añadido que la ciudadanía debe ser consciente que por
cada residuo que abandona en los espacios naturales, además de
provocar un deterioro considerable, aumentan los riesgos de provocar
un incendio y los costes de las administraciones para invertir en su
limpieza ya que la suciedad de unos pocos la terminamos pagando
todos.