Flor de Pascua: cuidados y mantenimiento
La
Flor de Pascua es un símbolo de la Navidad que en esta época del
año forma parte de la decoración de nuestras casas.
Se trata de una
planta de interior que destaca porque sus flores obtienen un color
rojo intenso La Flor de Pascua es una planta que necesita luz, poca
agua y mucha paciencia si queremos mantenerla hasta las Navidades del
año siguiente.
Cuando pasa esta época del año, sus grandes hojas
rojas caen. Además, a su poca tolerancia y a las tierras húmedas se
le añade su sensibilidad a las corrientes de aire, a los cambios de
temperatura y a la falta de luz.
Para poder disfrutar de esta planta
durante más de una temporada es recomendable seguir una serie de
consejos. n La temperatura es fundamental para conseguir una buena
conservación, debe de mantenerse entre un mínimo de 10-12 grados
hasta un máximo de hasta 20-24 grados aunque lo ideal es entre los
16 y 22 grados. Las calefacciones no son nada beneficiosas para esta
planta.
Es recomendable que estén en un lugar de la casa con mucha
luz pero nunca con exposición directa a los rayos del sol pero
después de la época de floración hay que darle más horas de
oscuridad sin contar la noche para conseguir al año siguiente una
correcta floración y lograr su característico color rojo intenso.
Se aconseja un par de riegos por semana, debe de ser abundante pero
sólo cuando la tierra esté seca. Es preferible que el riego no sea
directo, siendo la mejor forma colocando la maceta en un plato hondo
con agua durante algo más de 15 minutos y después retirar el plato
con el agua sobrante.
Hay que evitar rociar las flores rojas para
que no se manchen o decoloren. n Durante la época de crecimiento y
floración se recomienda realizar un abonado cada 15 días con un
abono líquido específico para floración. n La poda debe de
realizarse en primavera, cuando la planta carezca de hojas. Para
podar correctamente hay que dejar tallos de unos 8 centímetros.