Cuidados del árbol de Navidad
El árbol de Navidad bien decorado es imprescindible durante las
fiestas navideñas en muchos hogares. Tiene las hojas perennes,
brillantes y con dos bandas blancas bien diferenciadas. Es un árbol
decorativo tanto de interior como de exterior.
A la hora de adquirir un arbol de Navidad es muy importante buscar
un abeto con un cepellón de tierra grande y compacta, con mucha raíz
y, preferiblemente, en maceta.
Aunque el árbol de Navidad se utilice como un elemento decorativo
no hay que olvidar que es un ser vivo y que necesita mucha agua y
luz.
Por este motivo, es recomendable ubicarlo en un lugar bien
iluminado, ventilado y alejado de fuentes de calor como pueden ser
las chimeneas y los radiadores. Además, durante las fiestas de
Navidad es aconsejable no cargarlo con adornos y luces que lo dañen,
es decir, intentar no colocar demasiados adornos pesados o luces no
apropiadas para este tipo de árbol. Además, hay que mantener la
tierra ligeramente húmeda y vaporizar el árbol diariamente por todo
el ramaje con un poco de agua.
Una vez hayan finalizado las fiestas navideñas, se recomienda
podarlo con el fin de conservarlo en la terraza, balcón o jardín de
nuestra casa. Lo ideal sería replantarlo en el monte, pero no
siempre tenemos la oportunidad de esta última opción.
A la hora de replantarlo en el exterior, bien sea en un jardín o
en el monte, hay que buscar una zona boscosa. Además, hay que cavar
un hoyo de gran tamaño y profundo que sea suficiente para introducir
las raíces con todo su cepellón.
Cuando el abeto, que ha sido
utilizado como árbol de Navidad, esté bien asentado, hay que
rellenar el hoyo con tierra y prensarla bien para que quede
perfectamente sujeto. Además, también es muy importante regar de
forma abundante la tierra tras el plantado.
En el caso de reutilizarlo para balcones o terrazas de nuestras
casas, los cuidados serán los mismos, es decir, la tierra debe de
mantenerse húmeda y se debe de ubicar en una zona un tanto fresca.